Un estudio muestra que el consumo moderado de cerveza puede incluirse en la dieta de las personas mayores
09/08/2011 - 12:39
La cerveza aporta más de 2.000 elementos con un especial interés nutritivo como vitaminas del grupo B (especialmente, ácido fólico), fibra y minerales (silicio, potasio y magnesio). Además, el 92 por ciento de la cerveza es agua, por lo que esta bebida puede contribuir a evitar la deshidratación de las personas mayores, según han informado fuentes del centro de información de cerveza y salud en un comunicado de prensa.
Así lo manifiesta el manual 'Cerveza, hidratación y mayores', elaborado por el profesor Jesús Román Martínez, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, y avalado por la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (FHOEMO).
Por otra parte, el hecho de que la cerveza pueda prevenir enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o relacionadas con los huesos, también sitúa a esta bebida fermentada como una buena opción para las personas mayores.
Las personas mayores son especialmente sensibles a la deshidratación. Según Martínez, "los mayores sin patologías médicas que consumen cerveza de forma moderada disfrutan de una bebida cuyo sabor evoca a la juventud y les aleja de la monotonía, por lo que incluir este tipo de bebidas en la dieta puede suponer un atractivo adicional.
Además, la cerveza incluye nutrientes y líquidos fundamentales para el buen funcionamiento del organismo". Así, este consumo se refiere siempre a personas sanas en cantidades moderadas (una o dos unidades para mujeres y dos o tres para hombres) y, preferiblemente, acompañada de alimentos.
El consumo diario de agua es imprescindible para la vida y las necesidades de este líquido se han calculado en torno a los 30 - 35 mililitros por cada kilogramo de peso y día. Esto quiere decir que una persona mayor, con un peso cercano a los 70 Kg, necesita ingerir en condiciones normales aproximadamente unos 2.100 - 2.450 mililitros de agua diarios.
"Esta ingesta de líquidos suele resultar difícil para las personas mayores debido a una menor percepción de la sed, por lo que la cerveza, por su sabor, puede ser una opción válida y apetecible que puede contribuir a evitar la deshidratación de estas personas", ha explicado Martínez.
La cerveza sin alcohol, con similares propiedades que la tradicional, es una buena alternativa para las personas mayores que deben tomar fármacos o tienen algún tipo de patología.
Además, tanto la cerveza tradicional, como la sin alcohol son pobres en sodio. Esto hace que incluso las personas hipertensas puedan consumir cantidades razonables de esta bebida, que puede contribuir -dado su sabor y frescor muy bien aceptados- a la hidratación de las personas mayores.
BENIFICIOS CARDIOVASCULARES
La cerveza contiene vitaminas, minerales, antioxidantes naturales y otros compuestos imprescindibles en nuestro organismo. Debido a la presencia de estos elementos, las investigaciones nacionales e internacionales apuntan a que esta bebida fermentada puede tener beneficios adicionales sobre la salud cardiovascular.
Por otra parte, en los últimos años se han publicado varios estudios que constatan que el consumo moderado de cerveza protege al organismo de la oxidación y el envejecimiento de las células, por lo que puede prevenir o retrasar enfermedades degenerativas, muy presentes en edades avanzadas.
Asimismo, diversos trabajos de investigación confirman que la cerveza, consumida de forma moderada por adultos sanos, puede mejorar la respuesta inmune contra los agentes responsables del desarrollo de enfermedades infecciosas.
Según un estudio realizado por el Instituto del Frío del CSIC, tanto en mujeres como en hombres adultos y sanos, el consumo moderado de cerveza durante un mes produce un efecto beneficioso, al observarse una mejora en el sistema inmunológico, especialmente en las mujeres.
La cerveza es una de las principales fuentes de aporte de silicio a nuestra dieta, un mineral que parece interaccionar con el aluminio, metal neurotóxico que se relaciona con el Alzheimer, demencia y otros desórdenes neurodegenerativos.
Por otra parte, el hecho de que la cerveza pueda prevenir enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o relacionadas con los huesos, también sitúa a esta bebida fermentada como una buena opción para las personas mayores.
Las personas mayores son especialmente sensibles a la deshidratación. Según Martínez, "los mayores sin patologías médicas que consumen cerveza de forma moderada disfrutan de una bebida cuyo sabor evoca a la juventud y les aleja de la monotonía, por lo que incluir este tipo de bebidas en la dieta puede suponer un atractivo adicional.
Además, la cerveza incluye nutrientes y líquidos fundamentales para el buen funcionamiento del organismo". Así, este consumo se refiere siempre a personas sanas en cantidades moderadas (una o dos unidades para mujeres y dos o tres para hombres) y, preferiblemente, acompañada de alimentos.
El consumo diario de agua es imprescindible para la vida y las necesidades de este líquido se han calculado en torno a los 30 - 35 mililitros por cada kilogramo de peso y día. Esto quiere decir que una persona mayor, con un peso cercano a los 70 Kg, necesita ingerir en condiciones normales aproximadamente unos 2.100 - 2.450 mililitros de agua diarios.
"Esta ingesta de líquidos suele resultar difícil para las personas mayores debido a una menor percepción de la sed, por lo que la cerveza, por su sabor, puede ser una opción válida y apetecible que puede contribuir a evitar la deshidratación de estas personas", ha explicado Martínez.
La cerveza sin alcohol, con similares propiedades que la tradicional, es una buena alternativa para las personas mayores que deben tomar fármacos o tienen algún tipo de patología.
Además, tanto la cerveza tradicional, como la sin alcohol son pobres en sodio. Esto hace que incluso las personas hipertensas puedan consumir cantidades razonables de esta bebida, que puede contribuir -dado su sabor y frescor muy bien aceptados- a la hidratación de las personas mayores.
BENIFICIOS CARDIOVASCULARES
La cerveza contiene vitaminas, minerales, antioxidantes naturales y otros compuestos imprescindibles en nuestro organismo. Debido a la presencia de estos elementos, las investigaciones nacionales e internacionales apuntan a que esta bebida fermentada puede tener beneficios adicionales sobre la salud cardiovascular.
Por otra parte, en los últimos años se han publicado varios estudios que constatan que el consumo moderado de cerveza protege al organismo de la oxidación y el envejecimiento de las células, por lo que puede prevenir o retrasar enfermedades degenerativas, muy presentes en edades avanzadas.
Asimismo, diversos trabajos de investigación confirman que la cerveza, consumida de forma moderada por adultos sanos, puede mejorar la respuesta inmune contra los agentes responsables del desarrollo de enfermedades infecciosas.
Según un estudio realizado por el Instituto del Frío del CSIC, tanto en mujeres como en hombres adultos y sanos, el consumo moderado de cerveza durante un mes produce un efecto beneficioso, al observarse una mejora en el sistema inmunológico, especialmente en las mujeres.
La cerveza es una de las principales fuentes de aporte de silicio a nuestra dieta, un mineral que parece interaccionar con el aluminio, metal neurotóxico que se relaciona con el Alzheimer, demencia y otros desórdenes neurodegenerativos.