Un hombre mata a hachazos a toda su familia
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Un austriaco de 39 años, presa de la desesperación, mató a hachazos a toda su familia, para evitar que pasasen vergüenza al saber que se había arruinado. La orgía de sangre fue cometida en menos de 12 horas, tiempo en el que el nuevo monstruo de Austria acabó con la vida de su esposa, su hija de siete años, sus padres y su suegro.
La matanza comenzó, según la policía, a las 7:30 horas del martes pasado, cuando el hombre mató a su esposa y a su hija en su vivienda, ubicada en un barrio residencial de Viena. A las 13:00 horas, el asesino llegó a la casa de sus padres en la localidad de Ansfelden, en Alta Austria,
En la planta baja, el hombre, siempre armado con hacha, mató a su madre de 69 años, y a su padre lo asesinó mientras dormía en un sofá. A las 19:00 horas de ese mismo día, el asesino llegó hasta la casa de su suegro, ubicada en Linz. Cuando el hombre de 80 años abrió la puerta, su yerno le destrozó la cabeza con el hacha.
A comisaría
Después de viajar sin rumbo por los alrededores, el hombre decidió regresar a Viena y en la madrugada del miércoles, entró en la comisaría de policía de un barrio cercano a su vivienda y les dijo a los agentes de turno: "En mi piso yacen mi mujer y mi hija muertas". "El hombre llego a la comisaría con sus ropas cubiertas de sangre y en estado de confusión", dijo un portavoz de la policía, cuando reveló a la prensa local algunos detalles del crimen que horrorizó a la población austriaca, que todavía tiene fresca en la memoria el drama incestuoso de Amstette, descubierto por casualidad a fines de abril. Según la policía, el hombre declaró que estaba arruinado después de haber perdido una importante suma de dinero especulando en la bolsa y que había matado a su familia para "ahorrarles la humillación". El dinero, aparentemente se lo habían prestado sus padres y su suegro.
Los agentes que inspeccionaron su vivienda descubrieron los cuerpos mutilados de su esposa y su hija,
En la planta baja, el hombre, siempre armado con hacha, mató a su madre de 69 años, y a su padre lo asesinó mientras dormía en un sofá. A las 19:00 horas de ese mismo día, el asesino llegó hasta la casa de su suegro, ubicada en Linz. Cuando el hombre de 80 años abrió la puerta, su yerno le destrozó la cabeza con el hacha.
A comisaría
Después de viajar sin rumbo por los alrededores, el hombre decidió regresar a Viena y en la madrugada del miércoles, entró en la comisaría de policía de un barrio cercano a su vivienda y les dijo a los agentes de turno: "En mi piso yacen mi mujer y mi hija muertas". "El hombre llego a la comisaría con sus ropas cubiertas de sangre y en estado de confusión", dijo un portavoz de la policía, cuando reveló a la prensa local algunos detalles del crimen que horrorizó a la población austriaca, que todavía tiene fresca en la memoria el drama incestuoso de Amstette, descubierto por casualidad a fines de abril. Según la policía, el hombre declaró que estaba arruinado después de haber perdido una importante suma de dinero especulando en la bolsa y que había matado a su familia para "ahorrarles la humillación". El dinero, aparentemente se lo habían prestado sus padres y su suegro.
Los agentes que inspeccionaron su vivienda descubrieron los cuerpos mutilados de su esposa y su hija,