Un nuevo hallazgo podría reducir los efectos secundarios de la quimioterapia
Un equipo de investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, ha determinado la estructura de una molécula clave que puede guiar la quimioterapia y los medicamentos antivirales hasta células, lo que podría ayudar a crear fármacos más eficaces que no afecten al tejido sano, lo que permitiría reducir los efectos secundarios de la quimioterapia.
"Conocer la estructura y las propiedades de esta molécula transportadora puede ser la clave para cambiar la forma en que algunas quimioterapias trabajan en el cuerpo para evitar el crecimiento de un tumor", afirma el autor principal, el doctor Seok-Yong Lee, profesor de Bioquímica en Duke, en un artículo publicado en la revista 'Nature'.
La molécula transportadora, llamada transportador de nucleósidos concentrativos, trabaja moviendo a los nucleósidos --los componentes básicos del ADN y el ARN-- desde el exterior, hacia el interior de las células; y también puede transportar los medicamentos --similares a nucleósidos-- de quimioterapia a través de las membranas celulares. Una vez dentro de las células, los fármacos se modifican convirtiéndose en nucleósidos, y se incorporan en el ADN de manera que impiden que las células tumorales funcionen y se dividan.
"Hemos descubierto la estructura de la molécula transportadora, y ahora creemos que es posible mejorar los fármacos nucleósidos para que en reconocidos por una forma particular de la molécula transportadora que se encuentra en ciertos tipos de tejidos", apunta Lee, quien añade que "ahora sabemos que la molécula transportadora tiene tres formas, que reconoce diferentes tipos de drogas, y reside en diferentes tejidos".
El equipo determinó la sustancia química y los principios físicos que una molécula transportadora utiliza para reconocer los nucleósidos. Si se pueden mejorar las interacciones entre el transportador y la droga, se necesitaría menos cantidad de fármaco; según Lee, conocer la forma de estos transportadores permitirá a los científicos diseñar fármacos que sean reconocidos por estos.
Debido a que los medicamentos ingresan tanto en las células sanas como en las células tumorales, administrar una dosis menor del fármaco, que se dirija a los tejidos del tumor, sería el ideal a conseguir. Lee explica que "las células sanas no se dividen tan a menudo como las células tumorales, por lo que reducir y dirigir la cantidad de medicamento administrado sería un método eficaz para acabar con los tumores, mientras se protege al paciente".
Los investigadores estudiaron las moléculas transportadoras de 'Vibrio cholera', una bacteria con forma de coma. El transportador bacteriano sirvió como buen modelo para el estudio de los transportadores humanos, ya que comparten similares secuencias de aminoácidos, tanto el transportador humano como el bacteriano utilizan un gradiente de sodio para importar nucleósidos y fármacos a las células.
El siguiente paso será tratar de entender qué características del transportador le confiere la capacidad de reconocer ciertos medicamentos y, finalmente, diseñar fármacos que puedan dirigirse a las células.