Una Cruz procesional de Olmeda de Jadaque será la pieza del mes del Museo Diocesano
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Reliquias
La reliquia de orfebrería podrá visitarse hasta la primera quincena de octubre
El Museo Diocesano de Sigüenza ha elegido como pieza del mes para septiembre una Cruz procesional de Olmeda de Jadraque. Se hace con ella realidad uno de los objetivos del Museo de dar a conocer obras de arte procedentes de lugares y pueblos no fáciles de visitar garantizando su conservación, a la vez que da pie para recordar la rica colección de orfebrería con la que cuenta su exposición permanente.
Esta Cruz procesional es una obra excepcional realizada por un orfebre anónimo en el siglo XVI que, aunque necesitada de restauración, ofrece un buen estado. Su particularidad consiste en que el madero de la cruz es el árbol de la vida, referencia ésta propia del Renacimiento que pone en relación la cruz de Cristo con el árbol del Paraíso y del Apocalipsis. Asimismo recuerda unos versos de la santa española Teresa de Jesús: «Al alma que a Dios está toda rendida / y muy de veras del mundo desasida, / la cruz le es árbol de vida y de consuelo / y un camino deleitoso para el cielo».
Los brazos de la cruz son redondos con brotes por todos lados, recordando las ramas de los árboles al inicio de la primavera, con adornos sobredorados en sus extremos. En el anverso se sitúa un Cristo Crucificado con sobredorados en el halo y el paño de pureza. En el reverso se sitúa la imagen de la Virgen con el Niño, una escultura de bulto redondo también sobredorada. La decoración del cañón o enchufe del astil tiene formas platerescas, mientras que la macolla que recoge la base de la cruz presenta, a modo de cabujones, ángeles y soles alternados y sus balaustres recuerdan la mazonería gótica.
Esta Cruz parroquial viene a completar la magnífica colección de Cruces parroquiales del Museo, desde las románicas, con el Cristo en Majestad, vivo y coronado como Rey del Mundo, pasando por las formas góticas de la Cruz del Seminario, hasta llegar a las barrocas que junto al Crucificado representan a evangelistas, apóstoles, santos, patriarcas y profetas, porque han anunciado la pasión de Cristo o han recibido su salvación.
La Cruz estará expuesta al público durante el mes de septiembre y la primera quincena de octubre.
Los brazos de la cruz son redondos con brotes por todos lados, recordando las ramas de los árboles al inicio de la primavera, con adornos sobredorados en sus extremos. En el anverso se sitúa un Cristo Crucificado con sobredorados en el halo y el paño de pureza. En el reverso se sitúa la imagen de la Virgen con el Niño, una escultura de bulto redondo también sobredorada. La decoración del cañón o enchufe del astil tiene formas platerescas, mientras que la macolla que recoge la base de la cruz presenta, a modo de cabujones, ángeles y soles alternados y sus balaustres recuerdan la mazonería gótica.
Esta Cruz parroquial viene a completar la magnífica colección de Cruces parroquiales del Museo, desde las románicas, con el Cristo en Majestad, vivo y coronado como Rey del Mundo, pasando por las formas góticas de la Cruz del Seminario, hasta llegar a las barrocas que junto al Crucificado representan a evangelistas, apóstoles, santos, patriarcas y profetas, porque han anunciado la pasión de Cristo o han recibido su salvación.
La Cruz estará expuesta al público durante el mes de septiembre y la primera quincena de octubre.