Una marioneta de Hamás mata a Bush en la ficción
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
La muerte de una marioneta que representa a George Bush acuchillada por "la espada del Islam" blandida por otro títere que simula un cándido niño palestino, se ha convertido en la última lección de violencia sólo para niños servida en antena por el canal Al Aqsa TV, controlado en Gaza por el Movimiento Islámico Hamás.
Con capacidad para difundir su señal en todo Oriente Próximo, Europa y gran parte de África, la emisora ya cosechó grandes éxitos de audiencia, de escándalo y, como no, de publicidad planetaria- con un clon gigante de Mickey, que adoctrinaba a los más pequeños en el yihadismo, y luego fue asesinado en pantalla por un agente israelí. A Farfur, el ratón mártir, le siguió al frente del programa "Pioneros del Mañana" su prima, la abeja Najul, que moría en un hospital de Gaza ante la falta de medicinas causada por el boicot judío.
Pero ha sido ahora cuando la maquinaria sin escrúpulos del canal islamista ha optado por recrear personajes de carne y hueso: un presidente de los Estados Unidos ridículamente ataviado con uniforme militar de camuflaje que, provisto de unos guantes de boxeo, muere abatido por un niño mientras intenta en vano engatusarle con promesas de negociaciones en la Casa Blanca. Que no pueden ser porque, revela su pequeño verdugo, la sede ha sido transformada en "una gran mezquita para la nación del Islam". La secuencia, de casi cinco minutos, recrea el escenario ingenuo de un teatro de títeres. En el, el niño reprocha a Bush las desgracias de su vida: "mataste a papi en la guerra de Irak, a mami, tu y los criminales sionistas la matasteis en el Líbano, y también a mis hermanos menor y mayor en el Holocausto de Gaza".
Pero ha sido ahora cuando la maquinaria sin escrúpulos del canal islamista ha optado por recrear personajes de carne y hueso: un presidente de los Estados Unidos ridículamente ataviado con uniforme militar de camuflaje que, provisto de unos guantes de boxeo, muere abatido por un niño mientras intenta en vano engatusarle con promesas de negociaciones en la Casa Blanca. Que no pueden ser porque, revela su pequeño verdugo, la sede ha sido transformada en "una gran mezquita para la nación del Islam". La secuencia, de casi cinco minutos, recrea el escenario ingenuo de un teatro de títeres. En el, el niño reprocha a Bush las desgracias de su vida: "mataste a papi en la guerra de Irak, a mami, tu y los criminales sionistas la matasteis en el Líbano, y también a mis hermanos menor y mayor en el Holocausto de Gaza".