Unos 50 muertos en el norte de Irak por un atentado suicida
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Un nuevo atentado suicida sacudió ayer el norte de Irak. Cerca de Adhaim, en la provincia de Diyala, medio centenar de iraquíes suníes perdían la vida al hacerse estallar un terrorista en medio de una multitud. Un nuevo atentado suicida en el norte de Irak provocó ayer la muerte de alrededor de medio centenar de personas, convirtiéndose en uno de los atentados más mortíferos de los últimos meses en el país árabe.
En esta ocasión, el objetivo volvió a ser un funeral y una población de mayoría suní en la provincia de Diyala, lo que confirma el rebrote de violencia contra objetivos de esta etnia en el norte, feudo de Al Qaeda, días después de que en Baquba falleciesen 40 personas en un incidente similar.
En esta ocasión, el terrorista se hizo estallar en medio de la multitud que se congregaba en un pueblo de mayoría suní cerca de Adhaim, en la provincia de Diyala. Activó el cinturón de explosivos que portaba durante un funeral en memoria de dos miembros de una patrulla de barrio suníes que colaboran con el Ejército estadounidenses en su lucha contra Al Qaeda, principal sospechosa de este tipo de sucesos, pese a que el primer ministro Nuri al Maliki dijo el miércoles que su fin estaba cerca.
Además, como consecuencia de la potente deflagración ocurrida por la mañana, otras 50 personas resultaron heridas, una de las cuales, Ali Khalaf, relató el caos que se vivió en la zona. "De repente, una bola de fuego cubrió la tienda donde se celebrar el funeral. Me caí al suelo. Vi cadáveres por todas partes", recordó. Estas decenas de cuerpos comenzaron a apilarse en camiones, a donde los llevaban los servicios de emergencia y los propios habitantes de la localidad.
Objetivos fáciles
El atentado de ayer refleja objetivos marcados y métodos usados por el islamismo radical al norte de Irak, especialmente por los milicianos suníes integrantes de Al Qaeda, y a quienes se les imputa la oleada de violencia en el norte de Irak que el pasado martes costó la vida a 40 personas en Baquba.
Habitualmente, estos milicianos dirigen sus acciones contra las patrullas de barrio denominadas 'Ciudadanos locales comprometidos' por el Ejército estadounidense, que colaboran con las autoridades con una presencia de unos 90.000 hombres. Se trata de una guerra civil ya no sólo dentro de un país, sino dentro de una misma etnia, la suní, que en numerosas ocasiones ve en los funerales una brecha sin apenas seguridad mediante la cual atacar a una multitud.
Estos episodios violentos también recuerdan al Ejecutivo iraquí la necesidad de redoblar el esfuerzo en el norte, a donde la milicia de Al Qaeda podría haber huido tras las limpiezas en otros puntos del país, en una época en la que las fuerzas locales y extranjeras desplegadas trataban de calmar el chiísmo radical, focalizado en el Ejército del clérigo Muqtada al Sadr. Según un análisis de 'Al Jazeera' recogido por otr/press, Al Qaeda demuestra con estas acciones y el elevado balance de víctimas su capacidad para provocar masacres donde y cuando quiera, si bien no acostumbra a reivindicar los atentados.
Este atentado ha sido un ejemplo más de la violencia que sufre el país. La capacidad y la facilidad de los terroristas para perpetrar atentados mortales ha quedado de manifiesto en las numerosas matanzas que han quitado la vida a miles de iraquíes en los últimos años.
En esta ocasión, el terrorista se hizo estallar en medio de la multitud que se congregaba en un pueblo de mayoría suní cerca de Adhaim, en la provincia de Diyala. Activó el cinturón de explosivos que portaba durante un funeral en memoria de dos miembros de una patrulla de barrio suníes que colaboran con el Ejército estadounidenses en su lucha contra Al Qaeda, principal sospechosa de este tipo de sucesos, pese a que el primer ministro Nuri al Maliki dijo el miércoles que su fin estaba cerca.
Además, como consecuencia de la potente deflagración ocurrida por la mañana, otras 50 personas resultaron heridas, una de las cuales, Ali Khalaf, relató el caos que se vivió en la zona. "De repente, una bola de fuego cubrió la tienda donde se celebrar el funeral. Me caí al suelo. Vi cadáveres por todas partes", recordó. Estas decenas de cuerpos comenzaron a apilarse en camiones, a donde los llevaban los servicios de emergencia y los propios habitantes de la localidad.
Objetivos fáciles
El atentado de ayer refleja objetivos marcados y métodos usados por el islamismo radical al norte de Irak, especialmente por los milicianos suníes integrantes de Al Qaeda, y a quienes se les imputa la oleada de violencia en el norte de Irak que el pasado martes costó la vida a 40 personas en Baquba.
Habitualmente, estos milicianos dirigen sus acciones contra las patrullas de barrio denominadas 'Ciudadanos locales comprometidos' por el Ejército estadounidense, que colaboran con las autoridades con una presencia de unos 90.000 hombres. Se trata de una guerra civil ya no sólo dentro de un país, sino dentro de una misma etnia, la suní, que en numerosas ocasiones ve en los funerales una brecha sin apenas seguridad mediante la cual atacar a una multitud.
Estos episodios violentos también recuerdan al Ejecutivo iraquí la necesidad de redoblar el esfuerzo en el norte, a donde la milicia de Al Qaeda podría haber huido tras las limpiezas en otros puntos del país, en una época en la que las fuerzas locales y extranjeras desplegadas trataban de calmar el chiísmo radical, focalizado en el Ejército del clérigo Muqtada al Sadr. Según un análisis de 'Al Jazeera' recogido por otr/press, Al Qaeda demuestra con estas acciones y el elevado balance de víctimas su capacidad para provocar masacres donde y cuando quiera, si bien no acostumbra a reivindicar los atentados.
Este atentado ha sido un ejemplo más de la violencia que sufre el país. La capacidad y la facilidad de los terroristas para perpetrar atentados mortales ha quedado de manifiesto en las numerosas matanzas que han quitado la vida a miles de iraquíes en los últimos años.