Uribe afirma estar dispuesto a intercambiar militares secuestrados por presos de las FARC
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
COLOMBIA
Preparado el operativo que pondrá fin a 12 años de secuestro del cabo Moncayo
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, se mostró ayer dispuesto por primera vez en ocho años a alcanzar un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) basado en un intercambio humanitario de militares secuestrados por rebeldes presos, pero condicionado a que los guerrilleros no regresen a la lucha armada porque su Gobierno seguirá empeñado en derrotar al terrorismo.
Las declaraciones de Uribe fueron hechas apenas unas horas después de que las FARC liberaran al militar Josué Daniel Calvo --secuestrado hace casi un año-- tomando por sorpresa a los políticos que han impulsado el canje de rehenes, como la senadora liberal Piedad Córdoba, quien hace unos días ratificó la necesidad de concretar este acuerdo para poner fin a los secuestros.
No obstante, Uribe ha dejado claro que su Gobierno no se opone al acuerdo humanitario siempre y cuando el mismo no sea para devolverles delincuentes a las FARC, y ha sido enfático al decir que no se puede pensar en acuerdos de paz, mientras no haya un cese de actividades criminales. Avanzar en acuerdos paz en medio de carro bombas, es inclinarse ante el terrorismo, sin conseguir la paz. Por eso invito a todos mis compatriotas a reflexionar sobre la necesidad de que lo primero que se necesita para un acuerdo de paz, es buena fe, dijo el mandatario colombiano. El canje humanitario fue propuesto por primera vez en 1999 por el fundador de las FARC, Pedro Antonio Marín, conocido como Manuel Marulanda o Tirofijo. Pero Uribe ha rechazado este propuesta desde que asumió el poder hace casi ocho años alegando que la guerrilla debe primero liberar a todos los secuestrados antes de sentarse a negociar.
En la lista de los guerrilleros canjeables figuran líderes de las FARC con procesos abiertos tanto en Colombia como en otros países. También se incluye a rebeldes conocidos como Simón Trinidad, Sonia y César, quienes han sido extraditados a Estados Unidos. La idea toma fuerza en medio de operativos humanitarios, en los que participa Córdoba, la Iglesia Católica, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el Gobierno de Brasil, que lograron este domingo la libertad de Calvo y se espera que este martes suceda lo mismo con Pablo Emilio Moncayo, secuestrado hace más de 12 años. El grupo armado se comprometió el pasado 16 de abril a liberar a Moncayo y entregar los restos del mayor Julián Ernesto Guevara, muerto en cautiverio. En junio emitieron otro comunicado anunciando la entrega de Calvo, secuestrado el 20 de abril de 2009.
Las FARC han llegado a tener en su poder a unos 60 políticos, militares y hasta contratistas estadounidenses --incluyendo a la ex senadora franco-colombiana Íngrid Betancourt-- a quienes pretendía intercambiar por decenas de rebeldes encarcelados.
Uno de los puntos que se tendría que aclarar, en caso de que avance el acuerdo humanitario, es si las FARC mantienen en pie su exigencia de que Bogotá despeje una zona que abarca parte de los municipios de Florida y Pradera, en el departamento de Valle del Cauca (suroeste), que serviría de escenario para las negociaciones, planteamiento que ha sido rechazado en todo momento por Uribe.
CARRERA PRESIDENCIAL
El visto bueno a un acuerdo humanitario llega cuando faltan poco más de cuatro meses para que Uribe --quien no podrá optar a la reelección en los comicios de mayo-- entregue la Presidencia. De llegarse a iniciar las negociaciones con la guerrilla, le corresponderá entonces al nuevo mandatario asumir las riendas de este asunto que ha sido centro de intensas polémicas en la última década.
La organización Colombianos y Colombianas por la Paz (CCP), a la que pertenece Córdoba, ha anunciado que enviará cartas a Uribe, a los candidatos presidenciales y las FARC para ejercer presión y hacer que el tema del canje de rehenes no pase a un segundo plano durante la contienda electoral. El objetivo es que los 22 uniformados en poder de la guerrilla recobren su libertad lo antes posible.
Pero el anuncio de Uribe ha dividido posiciones en plena campaña electoral, lo que podría implicar cambios en la agenda política. El pupilo del actual mandatario, el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos, se ha mostrado en contra de la posibilidad de avalar un intercambio de secuestrados por subversivos presos.
No obstante, Uribe ha dejado claro que su Gobierno no se opone al acuerdo humanitario siempre y cuando el mismo no sea para devolverles delincuentes a las FARC, y ha sido enfático al decir que no se puede pensar en acuerdos de paz, mientras no haya un cese de actividades criminales. Avanzar en acuerdos paz en medio de carro bombas, es inclinarse ante el terrorismo, sin conseguir la paz. Por eso invito a todos mis compatriotas a reflexionar sobre la necesidad de que lo primero que se necesita para un acuerdo de paz, es buena fe, dijo el mandatario colombiano. El canje humanitario fue propuesto por primera vez en 1999 por el fundador de las FARC, Pedro Antonio Marín, conocido como Manuel Marulanda o Tirofijo. Pero Uribe ha rechazado este propuesta desde que asumió el poder hace casi ocho años alegando que la guerrilla debe primero liberar a todos los secuestrados antes de sentarse a negociar.
En la lista de los guerrilleros canjeables figuran líderes de las FARC con procesos abiertos tanto en Colombia como en otros países. También se incluye a rebeldes conocidos como Simón Trinidad, Sonia y César, quienes han sido extraditados a Estados Unidos. La idea toma fuerza en medio de operativos humanitarios, en los que participa Córdoba, la Iglesia Católica, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el Gobierno de Brasil, que lograron este domingo la libertad de Calvo y se espera que este martes suceda lo mismo con Pablo Emilio Moncayo, secuestrado hace más de 12 años. El grupo armado se comprometió el pasado 16 de abril a liberar a Moncayo y entregar los restos del mayor Julián Ernesto Guevara, muerto en cautiverio. En junio emitieron otro comunicado anunciando la entrega de Calvo, secuestrado el 20 de abril de 2009.
Las FARC han llegado a tener en su poder a unos 60 políticos, militares y hasta contratistas estadounidenses --incluyendo a la ex senadora franco-colombiana Íngrid Betancourt-- a quienes pretendía intercambiar por decenas de rebeldes encarcelados.
Uno de los puntos que se tendría que aclarar, en caso de que avance el acuerdo humanitario, es si las FARC mantienen en pie su exigencia de que Bogotá despeje una zona que abarca parte de los municipios de Florida y Pradera, en el departamento de Valle del Cauca (suroeste), que serviría de escenario para las negociaciones, planteamiento que ha sido rechazado en todo momento por Uribe.
CARRERA PRESIDENCIAL
El visto bueno a un acuerdo humanitario llega cuando faltan poco más de cuatro meses para que Uribe --quien no podrá optar a la reelección en los comicios de mayo-- entregue la Presidencia. De llegarse a iniciar las negociaciones con la guerrilla, le corresponderá entonces al nuevo mandatario asumir las riendas de este asunto que ha sido centro de intensas polémicas en la última década.
La organización Colombianos y Colombianas por la Paz (CCP), a la que pertenece Córdoba, ha anunciado que enviará cartas a Uribe, a los candidatos presidenciales y las FARC para ejercer presión y hacer que el tema del canje de rehenes no pase a un segundo plano durante la contienda electoral. El objetivo es que los 22 uniformados en poder de la guerrilla recobren su libertad lo antes posible.
Pero el anuncio de Uribe ha dividido posiciones en plena campaña electoral, lo que podría implicar cambios en la agenda política. El pupilo del actual mandatario, el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos, se ha mostrado en contra de la posibilidad de avalar un intercambio de secuestrados por subversivos presos.