Usuarios del CAMF critican la escasa accesibilidad de la estación de tren

29/02/2012 - 10:31 B.P.O

Actualmente por la estación de Cercanías de Guadalajara pasan 2,8 millones de viajeros al año, lo que hacía preciso desde hace años una intervención de mejora de sus instalaciones. En los últimos años apenas si se ha hecho algún que otro lavado de cara de este apeadero –como por ejemplo su fachada o la sustitución de las puertas de acceso–. Sin embargo, antiguos compromisos como los de elevar el andén a la altura de los vagones o instalar el ansiado ascensor que sirviera para comunicar las distintas vías siguen sin llegar. Entretanto, los usuarios que presentan dificultades de movilidad se ven obligados a buscar otras alternativas para sus desplazamientos “muchas veces en taxi, con el dineral que eso supone si tienen que ir a Madrid”, explica el delegado de la sección sindical de CNT en Cocemfe, Jesús Díaz. Ayer, para mostrar ‘in situ’ todo este tipo de inconvenientes, un grupo de usuarios del Centro de Atención a Personas con Discapacidad Física acudió hasta la estación de Cercanías. El objetivo de Antonia, Esther, Juan Antonio y Baltasar: denunciar desde sus sillas de ruedas la falta de accesibiliad y la problemática que conlleva este espacio para las personas con movilidad reducida.
Para empezar, como explica el propio delegado, “no pueden ni comprar el ticket de viaje porque las taquillas no están rebajadas”. Asegura que ha medido la altura del mostrador y que es de 1,10 metros “cuando debería medir 0,80 o 0,85”.  Tampoco es fácil que puedan acceder por los estrechos tornos de entrada a la zona de andenes –aunque es cierto que existe una puerta de mayor ancho para carritos de bebé, sillas de ruedas, etc–. Otro obstáculo más, este difícilmente salvable, es la subida del andén al vagón, puesto que la distancia entre ambos es considerable incluso para una persona con movilidad normal. Sólo los nuevos trenes tienen rampas para que los discapacitados puedan acceder por ellos mismos, pero la mayoría de los que llegan a Guadalajara no están adaptados. Si lo están, de todos modos, “no están señalizados. ¿Cómo sé yo qué tren tiene rampa y cuál no? Y luego, cuando llega uno que tiene rampa, ¿en qué vagón la encuentro?”, se pregunta Juan Antonio quien, después de comprar un billete cuenta que le ha sido imposible acceder al tren porque no tenía rampa: “Con esto se ve que un ciudadano de Guadalajara con discapacidad no puede subir al tren”.
    Además, las rampas para cruzar al otro lado de las vías están distanciadas entre sí y suponen un peligro. Algo tan sencillo como un ascensor o escaleras mecánicas, de lo que carece esta estación, solventaría de un plumazo este problema.
Por todos estos motivos, los usuarios del CAMF solicitan la mejora de las instalaciones. Se sienten incomprendidos y consideran que el trato que les está ofreciendo no es justo con su situación. “¿Por qué tenemos que pedir ayuda? Muchas veces ni siquiera hay personal para ello”, apuntan.