Violaciones y asesinatos en ‘Tito Andrónico’, lo nuevo de Animalario

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
Llega a Madrid la obra “más sangrienta” de Shakespeare
“Todos los días abrimos los periódicos y encontramos a un Tito o a una escena o pasaje de Tito”, explicó el director de la obra. Con Alberto San Juan (Tito), Fernando Cayo (Aarón el Negro), Nathalie Poza (Tamora), Javier Gutiérrez (Saturnino) y Enric Benavent (Marco Andrónico), entre otros, la función es una coproducción de Animalario y el Festival de Teatro Clásico de Mérida (que encargó el texto a la compañía) y que tras su estreno el pasado 8 de julio en el Teatro Romano, se presentó en los festivales de Almagro y Niebla.
En Madrid, la obra ocupará las Naves del Español en el Matadero, “el teatro más bonito de Madrid”, según declaró Lima. “Espero que estéis cómodos en este Matadero, que ahora es muy liviano, y donde ya no se mata a nadie”, bromeó Mario Gas a la compañía.
Sin embargo, en Tito Andrónico no sólo se mata, pero se viola, se descuartiza, se amputa y los personajes se comen unos a los otros en una venganza entre dos familias de andrónicos y godos, que empieza a partir de la violación y amputación de Lavinia (Elisabeth Gelabert), hija de Tito, en Roma, durante la decadencia del Imperio Romano.
“La obra no es nada exagerada, sino desgraciadamente realista y aún de la sociedad de hoy”, explicó Alberto San Juan. “La Roma de Tito puede ser España, Estados Unidos o el mundo occidental actual”, añadió Lima, que define la obra como “una tragedia de venganza en la que la asesinatos, fratricidios y antropofagia son la ‘salsa’ que baña el plato de la función”.

“Nada exagerada”
No obstante, el director explica que, más allá del “baño de sangre” (“la parte más conocida de la obra”), el texto hace una “disección” del ser humano, abriéndolo por sus “entrañas”, en el sentido de su esencia. “Trata de compasión, como toda buena tragedia”, aseguró, comparando la ola de sucesos trágicos a “una espiral que va para arriba como un volcán, hasta que éste erupciona”.
“La violencia puede echar algunos espectadores para tras, pero hay que decir que es una obra muy poética, que habla de muchas otras cosas”, argumentó Javier Gutiérrez. “Intentamos seguir la esencia del texto, proponiendo la belleza ante tanta crueldad y sangre. Se quedó muy hermosa”, detalló Lima.Enric Benavent reveló que la preparación del reparto fue “muy física”, con “mucho trabajo corporal, de voz, acercamiento a los personajes e improvisación”. “Para Animalario, es un salto al vacío montar este texto clásico, con palabras tan potentes, tan rico e imposible de abarcar”, reveló San Juan.
El trabajo empezó con talleres en Colombia, Sevilla y Madrid, según desveló Lima. “Teníamos que hacer un taller en Colombia y elegimos a Tito. También había una connotación de la violencia en el país, que es una sociedad en lucha”, detalló el director, añadiendo que en las improvisaciones surgían referencias a la guerrilla.La antropofagia presente en el texto, que da margen a diversas metáforas, se plasma, por ejemplo, en una escena de “comida de domingos” (“tan brutal y tan familiar a la vez”, afirma Lima), en la que se degusta una “morcilla de príncipe”. “Ambos grupos ven en la violencia un sistema para resolver sus conflictos, pero al final no logran aprender ni hacer una revolución”, concluyó San Juan.