Vuelven Los Lobos de Guadalajara, medio siglo después

07/10/2022 - 08:02 FCV

Alberto Pérez, Antonio Bernal, del grupo de canción protesta Los Lobos, son de Sigüenza. Javier Lozoya es de Guadalajara, y Antonio Gómez es natural de Ciudad Real. Ellos, medio siglo más tarde, han vuelto al estudio para grabar Tristes Guerras de Miguel Hernández, un himno,que fue censurado y que fue referencia para la oposición democrática en los años de la Transición.

“Los lobos éramos unos jóvenes universitarios preocupados por la situación general de España en los años 70, en pleno franquismo, y ahora somos unos señores mayores que somos felices de vivir en una sociedad democrática y con plenitud de derechos”. Esta frase del seguntino de pura cepa, Antonio Bernal, define el espíritu de la recuperación de Tristes Guerras, que fue censurada por la dictadura de Franco como consecuencia de la censura de todo el LP que la incorporaba, Vientos del Pueblo.

“Todavía recordamos aquellos tiempos felices en los que grabábamos un disco de larga duración, que se llamaban entonces LP, con poemas de Miguel Hernández,  Rafael Alberti, y Nicolás Guillén”, añora.

En 1971 el folk vivía en nuestro país su máximo esplendor. Nuevo Mester de Juglaría, La Mandrágora, El Arca de Babel o Almas Humildes presentaban un amplio panorama estilístico, que tomaba siempre como línea de salida la música popular. Ese mantel se extendía sobre lasa aulas, pasillos y bares de la  Universidad Complutense de Madrid. En la mesa comían solistas y grupos que tenían como nexo una contestación antifranquista.

En esa época comenzaba a haber una cierta percepción de libertad. O al menos había la posibilidad de sortear la censura.

En 1972 Tomás Muñoz, a la sazón director general de CBS, -todo un personaje en el mundo de la edición musical, recientemente fallecido- y Rafael Pérez Botija, jovencísimo productor con algunos éxitos a sus espaldas, se presentaban en un Colegio Mayor de Madrid para escuchar a un grupo de estudiantes de la Complutense que habían alcanzado cierta notoriedad en los circuitos habituales de la música folk. La sintonía fue inmediata entre ambas partes y poco después, en el otoño de 1972, hace ahora medio siglo, se lanzó al mercado Vientos del Pueblo el primer disco de Los Lobos.

A pesar de que los textos de las canciones habían sido sometidos a la censura oficial -tramite imprescindible en aquellos años- superando el inicial escrutinio, el impacto obtenido por la canción que daba título al álbum, su irrupción en las listas de éxitos, calidad y superventas y el interés por aquella vibrante y emotiva canción debió generar el consiguiente nerviosismo en algunos despachos.

La respuesta fue fulminante. Se prohibió la emisión de Vientos del Pueblo en todas las radios públicas españolas, entre ellas la omnipresente Radio Nacional de España, a la vez que se impedía la aparición de Los Lobos en Televisión Española, como es sabido la única televisión de la época. Solo dos años después se permitió a Los Lobos pisar un plató y aparecer fugazmente en la incipiente segunda cadena que solo podía verse en algunas zonas de Madrid y Barcelona.

Esta canción, Tristes Guerras, expresaba la tristeza de la guerra, que en sí no estaba censurada, “pero se incluía dentro del disco prohibido pues quedó prácticamente en el olvido”, describe. Y el problema no son las guerras, que siempre las ha habido, asegura. La cuestión radica, según su óptica, “en que nos parecía que era un bellísimo poema de Rafael de Miguel Hernández y que merecía la pena volver a ser escuchado”, remarca.

Con la recuperación de esta publicación, a la vez de homenajear al gran poeta que fue Miguel Hernández y recordar la sinrazón de las guerras, Los Lobos desean mostrar su agradecimiento a cuantos colaboraron en que la versión cantada de Vientos del Pueblo llegara a ser considerada un himno para la oposición democrática en los difíciles años de la Transición.