La primera piedra para el ascenso a la Liga Adelante
17/05/2015 - 19:29
La empresa era muy simple: no perder para seguir adelante; y el ambientazo, con un Escartín a reventar, el complemento ideal para conseguirlo. Aunque no resultó nada sencillo porque el filial franjirrojo se presentaba en el Escartín con la obligación de ganar para no perder la categoría. De esa apremiante necesidad brotó una primera media hora primorosa de los vallecanos. No parecía jugar como visitante ni parecía un equipo de imberbes el Rayo B. Juan Vicente Peinado desplegó sus piezas con sumo tiento con Toni y Clavería mandando en la zona ancha. Arriba, Campillo y Barca tiraban desmarques por doquier poniendo en terribles apuros a la pareja Rangel-Zamora.
Se adelanta el Rayo
La cosa se puso peliaguda cuando Milla abrió el marcador (minuto 18) después de una gran acción de Barca. El gol no hizo espabilar al conjunto de Salvachúa, todo lo contrario. El hecho es que la primera línea de presión no funcionaba y el Rayo B llegaba a campo contrario sin apenas esfuerzo campando a sus anchas con Toni como jefe de operaciones apareciendo por todas partes y desgarrando el centro del campo morado. Él tuvo en sus botas el 0-2 en el 25 en un mano a mano salvado milagrosamente por Kevin. A renglón seguido, un buen centro de Willian acabó con Milla rematando fuera de los tres palos.
Desde luego, no estaba el horno para bollos. Sin embargo, hay algo que lo cambia todo y ese algo se llama Abel Molinero. La ecuación es simple: si el balón lo lleva el 11 y además, cerca del área, el enemigo está cerca de claudicar. El Rey Midas del Depor agarró el cuero y se metió a pecho descubierto en el área, rodeado de defensores que no podían detenerle y tras zafarse de tres rivales, marcó el empate. Casi a continuación, Javi Pérez, de disparo cruzado, estuvo a un tris de consumar la remontada. Habría resultado demasiado cruel. En el descanso, los franjirrojos, que no dependían de sí mismos recibieron noticias de Donosti. Las Palmas vencía por 0-3 y el descenso era irremediable. Lógicamente ello era un revés en el plano anímico aunque el filial vallecano demostró una enorme dignidad y siguió metido en el partido aunque ya en el segundo tiempo apenas tuvo ocasiones para haber aguado la fiesta al Depor.
El conjunto morado supo leer el partido llevándolo a su terreno, síntoma inequivoco de madurez. Mejoró la presión, las posesiones se hicieron más largas y en defensa con la entrada de Verdú aumentó la solidez. En consecuencia, hubo ocasiones. Arroyo disparó al travesaño, Molinero tuvo un par de cabalgadas pero el balón no entró. Pese a todo, el empate era válido no solo para lograr la clasificación para el play-off sino también para adelantar al Real Unión y emprender el ascenso a la Liga Adelante.