La José Cabrera cumple seis años de inactividad en pleno desmontaje del reactor

30/04/2012 - 12:30 Redacción

La central nuclear José Cabrera cumple hoy seis años de inactividad. En la noche del 30 de abril de 2006 se desacopló de la red eléctrica. Era el principio del fin. Durante los cuatro años siguientes, la planta continuó como si nada hubiera cambiado, salvo la generación de electricidad, pero intensos. Terminó la construcción del Almacén Temporal Individualizado (ATI), se extrajo el combustible gastado durante sus años de actividad y se trasladó al almacén, entre otras tareas, además de los procedimientos administrativos necesarios. El 11 de febrero, Enresa, que desde 2003 había trabajado en la planificación del desmantelamiento, asumió temporalmente la titularidad de la instalación, que originariamente corresponde a Gas Natural Fenosa. Entonces se puso en marcha el plan de desmantelamiento y clausura propiamente dicho. Se han desmontado los sistemas convencionales, se han modificado sistemas esenciales, se han equipado los edificios para adaptarlos a los nuevos usos, ha complementado la caracterización de los elementos, ha desclasificado los materiales, ha derrumbado las 10 torres de refrigeración y en su lugar se ha instalado una campa para depositar la chatarra, se ha desmontado el edificio diesel y el de turbinas, que se ha reconvertido en un Edificio Auxiliar de Desmantelamiento (EAD) donde se acondicionarán las partes extraídas del edificio de contención para su posterior traslado a El Cabril. Estos han sido algunos de los trabajos más llamativos, aunque se han realizado multitud de tareas previas al desmontaje de los elemenos radiológicos, que comenzó a finales del año pasado.
    Tras los trabajos previos y preparatorios en el edificio de contención, durante estos últimos meses se han empezado a retirar diferentes componentes del edificio auxiliar y de contención; se han inundado de agua las dos cavidades –reactor y piscina de combustible– en la que se llevarán a cabo los trabajos y se han extraído los internos superiores del reactor, aunque la segmentación comenzará en unas semanas. Según han informado desde Enresa, ya se ha abierto la vasija del reactor y se ha extraído, siempre bajo agua, el primero de los componentes internos, denominado Interno Superior, y se ha colocado en la mesa de corte especial instalada en el foso de combustible gastado.
    Esta etapa, la número 3, la más importante y compleja, se prolongará durante tres años, hasta 2015. A partir de entonces, cuando se haya vaciado el interior, será cuando empiecen a demolerse los edificios con el fin de cumplir los plazos marcados en el proyecto y concluir los trabajos en 2016. Entonces, el espacio que ahora ocupa la planta desde que se empezó a construir en julio de 1965 y su posterior inauguración el 12 de diciembre de 1968, quedará totalmente libre para que la propietaria pueda dedicarlo a otros usos. La central nuclear José Cabrera supuso en su época un reto tecnológico, ya que fue la primera que funcionó en España, y ahora volverá a marcar un antes y un después, ya que será la primera instalación del país que se desmantelará totalmente. Enresa también se hizo cargo del desmantelamiento de Vandellós I en 1998 y lo ejecutó, pero, de momento, el edificio del reactor continúa en pie, en periodo de latencia, pendiente de su retirada total.  
    Desde el inicio del proceso de desmantelamiento hasta diciembre de 2011, Enresa ha generado en estas tareas 3.729 toneladas de materiales convencionales; 267 toneladas de materiales desclasificables, aquellos que a pesar de haber estado en zona radiológico se demuestra que están totalmente libres de contaminación tras pasar por el box counter; 451 toneladas de residuos radiactivos de muy baja actividad; y 166 de baja y media.
    Enresa tiene previsto reciclar el 95% de los materiales gestionados, que ascenderá a 104.000 toneladas, de las que 4.000 serán residuos radiactivos de baja y media actividad y 218 de alta. El proyecto está valorado en 135 millones.