A las duras y a las maduras

09/02/2013 - 00:00 Conchita del Moral

  
  
  La vida, que es una permanente sorMatrimonio de siempre sabemos que es la unión de un hombre y de una mujer.”El mismo Dios es autor del matrimonio”(Concilio Vaticano II Gaudium et Spes). No es una institución puramente humana. Si nos remontamos al principio de la creación “ Habiendo Dios creado al hombre y a la mujer, el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al hombre. Este amor es muy bueno a los ojos del Creador” ( Cen. 1, 31)
 
  Además el matrimonio entre bautizados es un sacramento, por lo tanto no se puede romper, solo en el caso de la muerte de uno de ellos, es indisoluble, y exige por ambas partes una fidelidad inviolable, por eso el divorcio es una ofensa grave a la ley natural, porque rompe un pacto que libremente en su día se aceptó, y además ofende a Dios. Cuando unos padres se divorcian, quien paga el pato son los hijos que al faltarles ese cariño, se vuelven raros, descontentos, rinden menos en los estudios, y se sienten desamparados.
 
  Es cierto entre los esposos puede haber a veces pequeños roces, pero con comprensión y cariño se arregla todo. A veces esos roces son por falta de diálogo, de no escuchar….La felicidad está en la fidelidad y no echar todo a rodar por un “quítame las pajas”. Ahora está de moda matrimonio a prueba, es una sandez. “Un amor condicionado es putrefacto”. Un amor sin condiciones puede fracasar, pero un amor con condiciones ya nace fracasado, no llega a nacer. No hay que tirar la toalla ante la primera dificultad, siempre adelante “a las duras y a las maduras”.” Todos hemos de defender el matrimonio y su adecuado tratamiento por las leyes”.