A trompicones

13/02/2012 - 00:00 Antonio de Miguel Antón


 Son muchos los pasos tambaleantes con los que camina nuestra educación. Para tener una buena educación es necesario invertir y gastar en ella, es cara. Pero una educación cara no es necesariamente buena. Uno de los mayores trompicones que se está dando en educación es con el bilingüismo. Estamos obsesionados con que el inglés sea la lengua vehicular de nuestra educación.


  Tanto lo estamos, que lo hacemos deprisa, corriendo y mal. ¿Los profesores de Primaria y Secundaria tienen buen nivel de Inglés para impartir sus clases en esta lengua? ¿Hay profesores habilitados suficientes para tanto colegio e instituto bilingüe? ¿El procedimiento de acreditación es el adecuado? ¿Habilitación y calidad van de la mano? Los profesores acompañantes, auxiliares de conversación o asistentes vienen a dar respuesta a estos interrogantes pero: ¿están ellos capacitados para enseñar? O solamente cobran poco y hablan en inglés. Impartir la materia en inglés tiene beneficios económicos para el profesor que lo hace.


  Además en algunos casos, tiene mejores alumnos. ¿Qué intereses reales se esconden par optar o impartir un área en inglés? Los proyectos integrados e interdisciplinares son proyectos que acercan los contenidos a los niños con un carácter experimental y vivencial a través del máximo número de áreas posibles. ¿Se materializan en algo esos proyectos? O se utilizan para cuadrar horarios, participar en concursos o en la adquisición de una medalla o reconocimiento administrativo. ¿Se conecta lo estudiado teóricamente en estos proyectos con la práctica? Y lo más importante ¿incide en los alumnos haciéndoles verdaderos protagonistas del proceso? Sinceramente, pienso que el inglés y los proyectos son una buena idea, pero claro, hechos con sinceridad, honradez y calidad.