A vueltas con el fracking

31/10/2013 - 00:00 Redacción

 
 
 Lo que hace unos meses parecía el invento de unos “locos” amantes del medio ambiente se está convirtiendo en una preocupación generalizada. Si bien es cierto que los terremotos producidos por el Proyecto Castor en la zona de Vinaròs-Castellón han hecho que este proceso se fijase entre las preocupaciones de la opinión pública, no es menos cierto que la labor intensa de los últimos meses hecha por la Plataforma contra el Fracking en Guadalajara ha contribuido en gran manera para concienciar a la población alcarreña de las posibles consecuencias que tendría el proyecto Cronos en la provincia. La Plataforma se opone por los graves riesgos que tiene para el medio ambiente y la salud humana la técnica de fractura hidráulica que en este caso podría contaminar los acuíferos de los ríos Dulce y Tajuña. Por ello, ha convocado para el próximo 9 de noviembre una manifestación que esperan sea multitudinaria. De momento ya han recabado 19.138 firmas de rechazo recogidas desde que el pasado mes de mayo conocieron que el Gobierno había concedido un permiso de investigación a este proyecto, que afectará a unas 17.000 hectáreas de terreno desde Sauca a Maranchón.
 
   En nuestro país existen muchas voces a favor y muchas en contra de esta técnica que para liberar gas o petróleo de rocas sedimentarias de muy baja porosidad y permeabilidad inyectan en el subsuelo agua a presión, junto a pequeñas cantidades de arena y productos químicos. Pero esa polémica no es exclusiva ni de Guadalajara, ni de España. Su uso ha suscitado tesis contrarias a nivel mundial que desde una perspectiva desapasionada, estrictamente científica, revelan mucha más opinión y convicción que conocimiento y espíritu crítico. Parece lógico pensar que un análisis riguroso de la técnica de fracturación hidráulica requiere, como mínimo, revisar el balance arrojado en parámetros como la economía, la seguridad de suministro de la energía y su efecto en la ecología, es decir en el medio ambiente y el cambio climático. Países como EEUU se han limitado a dejar actuar al mercado sobre el eje economía-seguridad de suministro. En el nuestro aún estamos a tiempo de buscar un mayor compromiso con el medio ambiente a través de una correcta regulación. Mientras tanto, la oposición vecinal es la mejor muestra de desacuerdo.