A vueltas con la Ley Electoral

06/04/2012 - 18:44 Redacción

No se ha cumplido el primer año del inicio del Gobierno de Cospedal y la Mesa de las Cortes de Castilla-La Mancha aceptaba el pasado miércoles una proposición de Ley propuesta por el Grupo Parlamentario Popular sobre la nueva Ley Electoral en la región, que plantea aumentar en cuatro los diputados en el Parlamento autonómico. De este modo, el Parlamento regional pasará a tener de 49 a 53 diputados y, por provincias, Toledo tendría uno más (de 12 a 13), Ciudad Real también uno más (de 11 a 12), Albacete se quedaría con los 10 que tiene actualmente, Cuenca ampliaría un diputado (de 8 a 9) y Guadalajara ampliaría también un diputado (de 8 a 9). Esta distribución podría ser el principal caballo de batalla y es que la discusión entre PP y PSOE estaría en determinar qué provincias se dejan pares, cuáles impares y qué numero de escaños definitivos tiene el parlamento. Ahora son 49, pero el Estatuto de Autonomía vigente admite hasta 59, siempre atendiendo a la proporcionalidad que debe haber entre número de habitantes de una provincia y cantidad de escaños que le corresponden en el Parlamento regional. Con la propuesta de los populares, Ciudad Real, la única provincia impar en estos momentos, pasaría a ser par. Es decir, que salvo cataclismos electorales como el que se vivió en Guadalajara en los últimos comicios regionales, gane quien gane las elecciones en la provincia el número de escaños que se llevarían PP y PSOE sería el mismo. Hay que dejar par otra provincia y el PP apuesta por Albacete, algo que no podría acabar de convencer a los socialista que entienden que ahí podrían tener posibilidades. Menos problemático será que Toledo, Guadalajara y Cuenca sean circunscripciones impares, algo por otra parte añadiría protagonismo a esta última provincia que volvería a existir electoralmente hablando. En cualquier caso la reforma dará mucho que hablar y, aunque no corre prisa pues quedan tres años hasta las próximas elecciones, es uno de los asuntos pendientes que de no solventarse ahora sería imposible de resolver al final de la legislatura cuando los nervios se apoderan de los partidos políticos.