Abracadabra regaló un día mágico a cientos de niños

  El espectáculo estuvo divivido en dos parte. Durante la primera, el encargado de hacer soñar a los niños fue uno de los magos pertenecientes al grupo Abracadabra. Con su mezcla de magia y humor, supo llegar tanto a los grandes como a los pequeños. En primer lugar, subió a unos cuantos voluntarios al escenario para realizar una peculiar sesión de hipnosis y vudú. Después, recurrió a un truco conocido, pero no por ello menos terrorífico, el de la gillotina. La preparación fue tan lograda, que el mago logró intimidar a su joven voluntario hasta el punto de tener que buscar otro entre el público.

  Al final lo encontró. “Estamos buscando a gente muy muy valiente”, había advertido ya en la presentación. La segunda parte del espectáculo estuvo protagonizado por James y Andrea. En su caso, no fue necesario recurrir a ningún voluntario para ejecutar los trucos de magia, ya que fue la propia Andrea la que se encargó de ayudar en todo lo necesario al mago. Primero, James realizó una vibrante presentación en la que, aliado con el fuego, terminó haciendo brotar una paloma de un incinerado pañuelo rojo.

  A partir de ahí, los trucos continuaron sucediéndose hasta que el estallido de aplausos finales puso punto y final a la sesión de magia. Sin embargo, no fue la única que se llevó a cabo en la capital durante el día de ayer. Los amantes de la magia también pudieron acudir, ya por la tarde, a las sesiones que se realizaron en los parque de la Amistad y en la Plaza de Louis Brailley. Todos estos espectáculos sirvieron para demostrar, una vez más, que la magia es el perfecto aliado de los actos infantiles, sobre todo si se conjuga con el humor.