Absurdo

22/03/2014 - 23:00 Javier López Castillo

El Servicio Vasco de Salud investiga las circunstancias de la muerte de una niña, después de que le denegaran una ambulancia en Vitoria. La pobre criatura residía en el Condado de Treviño y ese servicio, según le explicaron a la familia, le corresponde a la Comunidad de Castilla y León, al tratarse de un enclave burgalés. Lo cierto es que la niña ha muerto y la familia sigue preguntándose – como la mayoría de los ciudadanos de este país – si no será una falacia que cualquier ciudadano español tiene derecho a ser atendido en cualquier lugar de España. El triste final de la pequeña Anne Ganuza vuelve a poner de manifiesto la sinrazón de nuestro complejo y descentralizado sistema de salud. O, mejor dicho, la absurda burocracia y la incompetencia que, atendiendo a razones geográficas, hay montada en torno a la sanidad pública.
Es inconcebible que una persona tenga que viajar a un centro hospitalario alejado de su lugar de residencia, cuando podría ser tratado en otro que le pilla mucho más cerca. Ya sé que existen convenios firmados y que esto no ocurre en todas las comunidades autónomas, pero el caso del Condado de Treviño debe hacernos reflexionar. No podemos ponerle barreras al campo y mucho menos arriesgar vidas y haciendas en función del lugar físico en el que uno se encuentre. Al Estado de las Autonomías habrá que darle un buen repaso, si queremos que sirva para mejorar los servicios públicos, en lugar de crear más problemas de los que uno ya tiene. Cuando el paciente necesita una ambulancia, esa ambulancia no puede hacerse esperar.
Da lo mismo que el enfermo esté fuera o dentro de su área competencial. Si un ciudadano español vive en la línea divisoria de dos comunidades, regiones o nacionalidades del Estado español, lo lógico sería que utilizara el servicio que tuviera más a mano. Pero, no. El desarrollo autonómico se empeña en ser un atraso. Y prueba de ello es la reacción del PNV al conocer el fallecimiento de Anne Ganuza. “Si Treviño fuera Euskadi, no estaríamos hablando de esta desgracia”, ha explicado el portavoz del gobierno vasco. Pues claro que no habría pasado. Y si mi abuela tuviera ruedas sería una bicicleta… Increíble la manipulación política que hacen de una tragedia que podría haberse evitado.