Adiós 2012

28/12/2012 - 00:00 Pedro Villaverde Embid


 
  Al comer las uvas que daban inicio al año que ahora expira sabíamos que teníamos delante 366 días de llamada austeridad, o sea de recortes y pérdida de derechos, pero albergábamos cierta esperanza por eso del cambio de entrenador en que los resultados empezarían a ser más favorables. Cuando, siempre con la alegría y la esperanza característica, tomemos las del 2013, lo haremos resignados a lo que venga, desengañados con los políticos, enfadados con el mundo porque cada vez es más difícil poder trabajar, pagar los recibos, sobrevivir con o en nuestras empresas o emprender. De antaño dicen que uno de los requisitos para curarse de una enfermedad es que el enfermo quiera superarla. La actitud, y ese es el mayor deseo que queremos contagiar en esta Navidad a nuestros lectores, es esencial en la progresiva mejoría de nuestra dolencia. Es necesario recuperar el optimismo, salir cada mañana a encontrar ese empleo que en algún sitio tiene que estar escondido o a trabajar para producir, otro de los males de nuestra economía, y sobre todo saber valorar lo bueno que cada cual tenemos y explotarlo hasta sacar la cabeza. 2012 deja más paro, más desahuciados, menos servicios a los ciudadanos y la sensación de que nada cambiará en los próximos meses. Muchos dicen que hasta 2014 no empezará a girar la tendencia y hasta el quince no comenzará la recuperación.
 
  ¿Y qué hacemos el 13? Pues luchar, resistir, ser imaginativos, vencer a nuestro propio estado de ánimo, buscar salidas por los túneles tan oscuros, no perder o recuperar la fe en nuestras posibilidades individuales y como sociedad. La solidaridad de tantos que estamos viendo cada día es un síntoma de la buena salud de una ciudadanía con grandes virtudes. Hay empresas que siguen creciendo, emprendedores que se abren camino, jóvenes cada vez mejor formados. Los gobiernos deben confiar en los tres pilares citados y en lugar de ‘coserlos’ a impuestos inyectarles dinero con bonificaciones y ayudas. Doctores debe tener el gobierno, pues que actúen o busquen el asesoramiento de los buenos economistas y empresarios que tiene este país. Deseamos a todos nuestros lectores unas felices fiestas en las que disfruten de sus personas más queridas y sobre todo mucha esperanza y fe en el futuro, el mayor de los ánimos y toda la fortaleza.