Adiós a ‘El Boquerón’

En un momento en el que la ciudad lucha por capitalizar su patrimonio histórico resulta más que llamativo que las máquinas puedan acabar en unas horas con uno de los pocos edificios con solera que aún se conservan en el casco. Se trata del Palacio de los Vizcondes de Palazuelo, conocido como El Boquerón, un edificio del siglo XVI que tuvo una remodelación a finales del XIX y otra en 1933, pero sin sufrir la modificación de su estructura. Es un edificio que está catalogado, según el vigente Plan General de Guadalajara y que el pasado 22 de septiembre se declaró en ruina legal a instancias de la propiedad, por lo que el ayuntamiento daba la facultad a los propietarios para que eligieran entre demolerlo o rehabilitarlo, con algunas mínimas vinculaciones que no garantizan el mantenimiento de sus principales valores. Desde IU se ha tratado por todos los medios de conseguir su declaración de Bien de Interés Cultural pero no ha sido posible. El pasado 7 de marzo el Boletín Oficial de la Provincia publicaba la notificación  a la propiedad de la resolución de su recurso y a partir de ese momento se podía proceder al derribo. Unos pocos días después estamos siendo testigos de la desaparición de parte de la historia urbanística de la capital. De hecho, el pasado 27 de junio, el alcalde mediante decreto autorizaba el inicio de las obras y a pesar de algunas demoras la realidad es que esta mañana se iniciaban los trabajos de desmantelamiento y todo apunta a que durante el fin de semana se procederá a los trabajos de demolición. Se acaba así con parte del encanto de la Plaza de San Esteban, y del patrimonio urbanístico (aunque no tenga la protección necesaria como para su conservación) y se inicia el camino de lo que podrán acabar siendo unos precisados apartamentos en el centro de la ciudad.