Aguaviva y Los Lobos reaparecieron en Folk Segovia

06/07/2011 - 11:42 Mar Gato

Dos grupos emblemáticos de los años 70, Aguaviva y Los Lobos, reaparecieron tras más de 30 años de ausencia el pasado día 3 de julio para cerrar el programa del clásico Festival Folk Segovia, la cita por antonomasia de la ciudad castellana de los primeros compases de los meses de julio con la música de raíz.
    En Segovia volvieron a sonar los poemas de Rafael Alberti, Miguel Hernández, Nicolás Guillén y Blas de Otero musicados por estas dos bandas, integradas en aquellos años lejanos por jóvenes estudiantes de la Universidad de Madrid, hoy ingenieros, productores musicales, arquitectos, funcionarios, asesores parlamentarios o abogados.
    Dos miembros de Los Lobos son alcarreños, ambos abogados y los dos de familias de larga tradición jurídica en nuestra provincia: Javier Lozoya, de Guadalajara, y Antonio Bernal, de procedencia seguntina. Reaparecieron fugazmente, ahora sin los problemas de censura y prohibiciones gubernativas de sus años de juventud, para volver a cantar con toda libertad Vientos del Pueblo o Poetas Andaluces, canciones que forman parte de las señas de identidad de toda una generación, e incluso de la propia historia de la música. Sólo cabe mencionar a este respecto que Vientos del pueblo, cuya emisión estaba prohibida en Radio Nacional y en Televisión Española, llegó al número 1 de Los 40 Principales y de las listas de ventas.
    Aguaviva tampoco dejó pasar la oportunidad de devolver a la memoria de aquellos inconformistas los temas que hicieron famosos en sus diez cortos pero intensos años de andadura, cuyo fruto fueron 16 títulos en su discografía. Poetas andaluces, Cosmonauta, La canción de niño que quería ir a la luna o La invasión sirvieron de vehículo de unión con las generaciones que contribuyeron entonces, y que aportaron el pasado domingo, una mirada libre, generosa, y solidaria en el mundo en el que vivimos.
    Escuchar estas melodías supuso para todos aquellos que se acercaron a Folk Segovia una oportunidad única para recordar, con la nostalgia justa, un pasado todavía cercano en el que cantar suponía, en algunos casos, tener que soportar muchas dificultades.