“Ahora la CHT ni deja pescar ni deja limpiar”
Los pescadores eran antaño fundamentales para mantener los cauces de los ríos limpios. Sin embardo ahora ya no pueden realizar intervención alguna en los mismos si no se dispone de una autorización de la Confederación Hidrográfica del Tajo o este organismo actúa de oficio. Así lo denuncian decenas de alcaldes de la provincia, entre ellos el de Ventosa, Juan José Pérez Herranz, que cree que si los ríos, arroyos y barrancos estuvieran desbrozados el impacto de las riadas, cada vez que se producen, sería menor.
El pasado miércoles 30 de octubre el río Gallo bajaba con una fuerza inusitada desde Molina de Aragón, arrasando lo que encontraba a su paso desde el pinar de Corduente hasta más abajo de la Virgen de la Hoz, cuya hospedería se vio inundada con metro y medio de agua. La DANA atacaba a Valencia, pero no se olvidaba de los pueblos del Señorío-Alto Tajo.
El rector del santuario, Enrique López, y el párroco de Molina, Raúl Pérez Sanz, se encontraban esa mañana con el panorama cuando fueron a abrir el templo, no porque lloviera fuertemente, sino porque lo hizo a dos kilómetros y el líquido elemento discurría de forma torrencial. "No parecía que hubiera sucedido nada fuera de lo normal, pero de repente se reventaron los cristales y comenzaba a salir el agua en cascada". El cura explica que el santuario se encuentra al final de una rambla que "normalmente" no suele traer agua, pero que en esta ocasión estuvo al límite tras llover durante muchas horas seguidas.
“Entonces –recuerda el alcalde de Ventosa, Juan José Herranz- desde el puente de la Serna, un poco más abajo, hasta Ventosa, que son tierras agrícolas a los dos lados, llegó a tener una anchura sin precedentes”. Asoló los cultivos de girasol, dejándolos inutilizables, y destrozó los caminos de concentración parcelaria, taponando acequias y alcantarillas. “Tenemos un problema gordo con la Confederación”, indica. “Una tormenta de estas es imparable, pero si los cauces estuvieran limpios se saldría menos el agua”, prosigue.
El regidor recuerda cómo antaño el río siempre estaba limpio de broza cuando dejaban pescar los propios pescadores, porque iban limpiando por donde pasaban. “Ahora ni dejan pescar ni dejan limpiar, los pescadores ya no van”, critica, a lo que se suma que “la Confederación no hace una actuación de limpieza”.