Año nuevo

11/01/2015 - 23:00 Pedro Villaverde Embid

Los brindis, el confeti, el turrón, la alegría y parafernalia habitual, estamos en otro nuevo año. Los políticos hacen sus balances, todos, nuestros propósitos, y la vida sigue después de tanta fiesta, aunque lamentablemente algunos no estén para ella. Empieza el año 2015 y se nos vienen a la cabeza dos ideas, la principal, las citas electorales que pondrán a examen a todas las administraciones del país, locales, autonómicas y tal vez a la nacional, aunque esta convocatoria puede retrasarse hasta el próximo enero.

Excepto en algunas comunidades autónomas, y ya veremos que pasa con Cataluña, se renovarán las caras de los gobernantes aún cuando resulte vencedor el partido que ya está ejerciendo la responsabilidad del poder. Todo nuevo mandato y legislatura implica renovación de personas y ahí está la gran lucha de los que quieren ser candidatos o tener sillón por algún lado. Pelea que empieza en el interior de las propias formaciones políticas donde se habla de sectores o bandos. Sea la elección por los órganos de dirección o en primarias, no faltan conspiraciones, intrigas, puñaladas, alianzas... es el poder y para disfrutarlo, primero hay que ostentarlo en el propio partido. A nivel informativo será para los periodistas un año de sumo interés y emoción, de morbo, de apuestas, de análisis de gestos, frases y fotos. Algunos se irán, otros vendrán, el resto permanecerá, entre ellos, esperamos, esta cabecera que lleva contando procesos electorales desde el inicio de la democracia. Cuántas etapas y recuerdos, cuántos nombres propios y diferentes ciclos. Ahora, deseamos que la crispación y la tensión no alcancen cotas irrespirables, que cada cual exprese su pensamiento y sentimiento para que los ciudadanos votemos en libertad.

 Igualmente, hemos pedido a los Reyes Magos acertar en el voto, que la sociedad no se fracture, la recuperación pueda seguir su curso y gocemos de estabilidad en las instituciones. La segunda cuestión que se viene a la mente, ya que tememos que se avanzará muy poco en los proyectos que nos interesan- campus universitario, Hospital o Parador de Molina- es el desfile de imputados de camino a los juzgados. Solo cabe esperar Justicia, es decir que cada cual tenga lo que le corresponda. Los inocentes que limpien su nombre y los culpables cumplan su pena. Que llegue un momento que resulte imposible la corrupción y el fraude fiscal. Es necesario recuperar la confianza en los gobernantes. Feliz 2015.