ANPE demanda el desarrollo urgente de la Ley de Autoridad para aumentar el prestigio del profesorado

01/03/2013 - 12:07 Redacción

  ANPE exige al Gobierno Regional que se desarrolle el artículo 8 de la Ley de Autoridad y que se adopten las medidas de protección y reconocimiento del profesorado, defendiendo realmente la dignidad del docente para que el sistema educativo castellano-manchego mejore y avance.
 
 
  ANPE demanda al Gobierno autonómico y a la Consejería de Educación que atienda las propuestas de los docentes, auténticos conocedores de las fórmulas para solucionar los graves fallos que desde hace mucho tiempo se mantienen en materia de reconocimiento de la figura del profesor y que afectan a la calidad de nuestro sistema educativo; en el convencimiento de que mejorar el apoyo y el prestigio del profesorado es también un elemento clave para luchar contra las altas tasas de fracaso escolar que caracterizan tan dramáticamente a nuestra región.
 
  Así, exigimos promover el establecimiento de una carrera docente que dé satisfacción a las legítimas aspiraciones profesionales del profesorado; constituir un protocolo de custodia de menores para salvaguardar los problemas de responsabilidad civil que se pueda plantear al profesorado ante situaciones de custodia más allá del horario lectivo; igualar las medidas disciplinarias en todos los centros o alejar al docente de funciones que no son propias de su profesión. Todos estos son algunos puntos clave en el desarrollo de esta Ley de Autoridad, que deberán negociarse con los representantes del profesorado.
 
  El reconocimiento de la figura del docente como Autoridad Pública en el ejercicio de su función, reivindicación histórica del sindicato profesional de docentes ANPE, vio, por fin y felizmente, la luz en el mes de agosto del pasado año con la publicación en el Diario oficial de Castilla-La Mancha de la ley de Autoridad del Profesorado. ANPE urge el desarrollo de la misma en pro de un modelo educativo que garantice una verdadera igualdad de oportunidades en un ambiente normalizado. Es absolutamente necesario que el desarrollo de esta ley ayude a recuperar para el profesorado las condiciones de respeto y consideración profesional que nunca debieron perder.