Avanzando hacia la gestión de residuos

La inauguración de la Estación de Transferencia (ET) de Residuos Urbanos, ubicada en El Serranillo, se convertía ayer en un nuevo pretexto para avivar la trifulca política entre la Junta de Comunidades, la Diputación y el Ayuntamiento capitalino. No es la primera vez, y posiblemente no será la última, en la que las instituciones se enzarzan en una guerra sin cuartel alrededor de una instalación que desde siempre ha estado rodeada de polémica. Sin embargo, más allá de los detalles escabroso y de los enfrentamientos institucionales a los que, lamentablemente, estamos tan acostumbrados (más aún en época pre-electoral) lo cierto es que esta planta, que ha tenido un importe de ejecución de 1,2 millones de euros, cuenta con una capacidad máxima de gestión de unas 100.000 toneladas al año, con la previsión de recibir unas 60.000 anuales. Eso supone que muchos municipios del Corredor no tendrán necesidad ya de trasladar sus residuos hasta Torija, lo que implicará un importante ahorro para las arcas municipales de los ayuntamientos de Alovera, Azuqueca, Cabanillas del Campo, Chiloeches, Fontanar, Marchamalo, Quer, Villanueva, Yunquera y Guadalajara. Pero, además, con la puesta en marcha de esta infraestructura se pone de manifiesto el compromiso del Gobierno de Barreda que ha invertido en la provincia casi 10 millones de euros en políticas de gestión de residuos. Y es que a esta planta, se suman otras infraestructuras como el centro de tratamiento de Residuos Urbanos de Torija, donde se procede a la selección y al compostaje; las siete estaciones de transferencia que se distribuyen en El Casar, Yebra, Cifuentes, Sigüenza, Molina de Aragón, la recien inaugurada de El Serranillo de Guadalajara y la de Humanes, donde ya se están finalizando las obras; los 15 puntos limpios fijos y los cuatro puntos limpios móviles. Toda una red que refleja el avance alcanzado en la provincia en la gestión y el tratamiento de residuos urbanos.