Bravo por los que luchan contra la indigencia

09/01/2011 - 00:00 Clemente Ferrer

Recordemos que el año pasado la ONG Manos Unidas ha sido galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, por “su apoyo generoso y entregado a la lucha contra la pobreza y en favor de la educación para el desarrollo en más de 60 países”, en el acta se destaca “su contribución en proyectos específicos cuya meta consiste en combatir el hambre y reducir la mortalidad materna en el mundo”. Por otra parte, Médicos sin Fronteras sigue emitiendo una campaña publicitaria bajo el eslogan: “si esto te duele, llama al médico” “hoy, como todos los días morirán 19.000 personas de sida, tuberculosis o malaria”. Esta acción tiene como objetivo recaudar fondos para cumplir con su misión humanitaria. Asimismo, la Organización de Naciones Unidas pidió con urgencia más de 460 millones de dólares para atender a las víctimas de las últimas inundaciones en Pakistán que ha provocado; dos millones de desplazados, catorce millones de afectados y unas 300.000 viviendas dañadas. Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de 50 millones de criaturas no están inscritas en ningún registro. Se evalúa en 100 millones la cifra de abortos que, anualmente, se ejecutan en todo el universo. Más de 120 millones de chiquillos carecen de los alimentos básicos. Cincuenta mil críos agonizan de hambre al día. También, uno de cada cuatro niños, menores de 5 años, vivirán los efectos de la depauperación, anemias, minusvalías, deficiencias físicas y mentales. Por otra parte, las cifras de mortalidad infantil son, en Hispanoamérica, de 31 por cada mil, en Asia Meridional de 89 por cada mil y en África subsahariana alcanza hasta el 169 por mil. Casi son 25 millones los menores de 18 años que residen en granjas de refugiados, recogidos de las conflagraciones bélicas. Se estima en unos 16 millones los chavales huérfanos; en una cuarta parte por el virus de la muerte, el sida. El 80% de ellos habitan en África. Por último, en el informe que la FAO edita se asevera que “comer es un derecho fundamental de la Humanidad. El hambre es una afrenta a la dignidad humana”