Campos de lavanda, atardecer, cuencos tibetanos y solidaridad... "una experiencia brutal"
Todos estos elementos se han aliado para dar forma a una sesión de meditación cuya recaudación se ha destinado a la Fundación Vicente Ferrer.
Los campos de lavanda han acogido recientemente una sesión de meditación guiada acompañada de un concierto de cuencos tibetanos, una fusión perfecta que ha tenido, además, un fin solidario.
Todo lo recaudado ha ido destinado a la Fundación Vicente Ferrer, concretamente al programa de deporte y salud que esta ONG está desarrollando con niños y niñas con alguna discapacidad en la India rural.
Beatriz Alcázar, de Ariazna Salud y Belleza, ha sido la encargada de poner música a la meditación en un entorno privilegiado. Además de disfrutar del sonido relajante de los cuencos tibetanos, los asistentes, todos vestidos de blanco, pudieron deleitarse con el bonito atardecer en medio de los campos púrpura. Alcázar afirma que la experiencia ha sido tan gratificante que tienen intención de repetirlo todos los años.
“Ha sido una experiencia brutal, en un lugar precioso, con el atardecer de fondo y una energía increíble. Es una forma de conectar la naturaleza con nosotros mismos, ser conscientes de la naturaleza, del entorno que nos rodea y valorar lo que tenemos”, subraya la maestra de yoga, meditación y cuencos tibetanos.
La original sesión de meditación reunió a una treintena de personas, entre las que se encontraba el delegado de la Fundación Vicente Ferrer para Castilla-La Mancha.
La Fundación Vicente Ferrer es una ONG de desarrollo comprometida desde 1969 con el proceso de transformación de una de las zonas más empobrecidas del sur de la India: los estados de Andhra Pradesh y Telangana. Aplica sus programas en 3.600 pueblos y apoya a cerca de tres millones de personas. El modelo de desarrollo de la fundación en la India coincide con el conjunto de propuestas globales de la ONU para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030.
No es la primera vez que los campos de lavanda de la Alcarria se funden con el sonido de los cuencos tibetanos y sirven de conexión cuerpo-mente-naturaleza, pero sí es la primera vez que se ha hecho esta sesión con un fin solidario.
La meditación es una nueva forma de descubrir y disfrutar de este paisaje que en los últimos años atrae a miles de turistas hasta la provincia y que se han convertido también en escenario para originales conciertos.