carta a Aure Hormaechea


 
  Me dirijo a ustedes tras ver publicada una carta de la presidenta local del PP de Azuqueca, Aure Hormaechea, en la que critica la actitud del alcalde, Pablo Bellido, por reclamar más medios para garantizar una atención de calidad para las mujeres y los menores víctimas de violencia de género. Así, como acaban de leer, a la señora Hormaechea le molesta que el alcalde de su ciudad luche por ayudar a las mujeres que padecen la violencia machista y por facilitar una atención adecuada a sus hijos. Si la señora Hormaechea quiere que actos como el convocado por el Ayuntamiento de Azuqueca el Día contra la violencia de género, el 25 de noviembre, se dediquen a discursos huecos y a lamentos lanzados al aire sin esperanza, debe saber que se equivoca de lugar, porque el equipo de Gobierno de Pablo Bellido va a luchar para defender a quienes más lo necesitan, y entre estas personas están, sin duda, las mujeres que padecen la violencia machista en sus distintas expresiones y también sus hijos. Como ejemplo, el Ayuntamiento de Azuqueca ha recuperado este año el programa de atención psicológica a menores víctimas de violencia de género y lo ha hecho sin el apoyo de la Junta de Comunidades, con el respaldo de una entidad financiera, que es La Caixa, que ha demostrado su sensibilidad social.
 
  Sobra decir que es absolutamente lamentable que la presidenta local del PP trate de mostrarse ante la ciudadanía como defensora de la mujer, cuando representa a un partido que, con sus decisiones y sus políticas al frente de la Junta de Comunidades y del Gobierno de la nación se dedica a recortar los recursos destinados a igualdad y a apoyar a las mujeres, entre ellas a las víctimas de la violencia de género. Hablarán otra vez de la herencia recibida y de que son tiempos difíciles para las arcas públicas, pero lo que parecen olvidar es que recortar en prevención de violencia de género en estos momentos, es equiparable a recortar en vacunas frente a una epidemia, porque los datos demuestran, desgraciadamente, que no se puede bajar la guardia. No hacer por acabar con la violencia de género reduciendo un 30 por ciento en políticas de igualdad, es ayudar a que la violencia de género continúe”.
 
  Todo esto no es algo que se hayan inventado Pablo Bellido o la concejala de Igualdad de Azuqueca, sino algo que denuncian las organizaciones feministas y de mujeres que sí están preocupadas por la situación a la que nos está llevando el Gobierno de Cospedal. Para tratar de ayudar, el Ayuntamiento de Azuqueca gestiona recursos de competencia regional y adelanta el dinero que la Junta no paga a tiempo.
 
   La señora Hormaechea, por lo que dice en su carta, olvida o ignora que el Gobierno del PP ha cerrado el único Centro de Atención a mujeres víctimas de trata y explotación sexual que había en la provincia de Guadalajara; que el presupuesto de los recursos de acogida de la provincia se ha visto reducido un 6,25 por ciento respecto del presupuesto del año anterior (que también fue reducido, en los Centros de Mujer casi un 35 por ciento, y en los recursos de acogida casi un 20 por ciento de reducción respecto del 2011); que en tan solo dos años con Cospedal los presupuestos de igualdad se han reducido casi un 40 por ciento y que se han eliminado el Punto de Información a las víctimas de Violencia de Género, orientado a facilitar a estas mujeres la inserción laboral, y los planes de empleo, así como los programas experimentales.
 
  Los recortes que está llevando acabo el Gobierno de Cospedal en políticas de igualdad son la violencia de género que estamos viviendo hoy y viviremos mañana. Se han suprimido las campañas tanto informativas, como de sensibilización sobre la Violencia de Género a todos los niveles, lo que afecta la concienciación, e implica una mayor pasividad, lo que se traduce en más libertad para continuar con la violencia. También ha eliminado Cospedal la figura de la Trabajadora Social en los Centros de la Mujer y la supresión del programa Kanguras, que ayudaba a las mujeres con hijos a su cargo a conciliar la vida laboral.