Carta para el inicio del curso escolar

18/09/2013 - 00:00 Jorge Calandra Reula

 
   Nos adentramos en otro curso escolar y no queremos dejar pasar la oportunidad de recordar a la comunidad educativa en general, y a los padres en particular, que la escuela debe ser un apoyo a la educación que los padres desean para sus hijos, como sensatamente recoge la legislación nacional e internacional. Es claro que la escuela se hace necesaria por la imposibilidad de enseñar a los hijos todas las disciplinas. Sin embargo, en determinados casos los colegios e institutos vienen siendo centros que van más allá de enseñar Música, Lenguaje o Historia. Pasan el límite de lo permitido y proponen insistentemente unos valores muy particulares, frecuentemente manchados con la ideología del gobierno de turno, de algunos docentes que aprovechan para inculcar sus ideas, o de organizaciones que, con la cortina de un nombre o un lema bonito, enseñan a los alumnos cosas contrarias a las convicciones paternas.
 
  Aclarando lo expuesto, podemos citar a Amnistía Internacional, que bajo ese nombre, promueve la cultura de la muerte o las reprobables relaciones sexuales homosexuales. Otros casos son los de Dance4Life o Apoyo Positivo, que con la excusa de erradicar el SIDA terminan repartiendo preservativos en las aulas. Igualmente, la promiscuidad sexual temprana se ve apoyada en la escuela por entidades varias. En otro orden de cosas, el odio a los católicos también aparece en la escena cuando algunos profesores, con pésimo uso de su autoridad, critican a Caritas, se burlan del sacerdocio o lanzan a los estudiantes, de manera enfermiza, indirectas irónicas que tienen que ver con el funcionamiento de la Iglesia.
 
  Ante este panorama, animamos a los centros docentes a no formar parte de esa ola adoctrinadora que enturbia la enseñanza española. Animamos a los profesores a dejar a un lado su ideología para centrarse en la impartición objetiva de sus asignaturas. Y de no ser así, animamos a los padres a llevar a cabo las correspondientes denuncias para las que nuestra Asociación ofrece toda la ayuda necesaria. Pedimos, en resumen, que los centros escolares no sean un foco de adoctrinamiento anticatólico, donde los chicos, en lugar de aprender Matemáticas o Filosofía, aprenden a ponerse un condón, a defender el crimen del aborto como derecho, a luchar para que los gais puedan adoptar niños o que hay que mantenerse alejados de los curas porque son unos pederastas. Para terminar, y aprovechando la oportunidad, es nuestro deseo que el curso transcurra con normalidad, aunque la experiencia y la intuición nos señalan que algunos liberados sindicales, con ánimo ideológico y propagandístico, se encargarán nuevamente de manejar y engañar al alumnado y a sus familias para sacarles de las aulas generando un desorden nada bueno para el correcto desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje.