Castilla-La Mancha, rumbo al futuro

30/05/2014 - 23:00 María Dolores de Cospedal

Como presidenta de Castilla-La Mancha éste es el tercer año que tengo el privilegio de compartir con mis paisanos la celebración del Día de la Región; una jornada festiva, que constituye la cita más importante del calendario institucional, en la que los castellano-manchegos reivindicamos con orgullo nuestro amor por esta tierra, universalmente conocida. En esta ocasión, el escenario elegido por el Gobierno regional para acoger el acto en el que se homenajeará la trayectoria ejemplar y el legado de personas y entidades vinculadas a nuestra tierra, ha sido la hermosa ciudad de Talavera de la Reina: cuna de emprendedores y ciudadanos ilustres, epicentro de una comarca esencial para entender el carácter heterogéneo de nuestra comunidad autónoma y protagonista segura de la nueva etapa que ya vislumbra nuestra región.
La decisión de que Talavera se sitúe en el foco político y mediático del día de hoy, responde al propósito de devolver esta gran ciudad al lugar que se merece y transmitir a los talaveranos nuestro apoyo, nuestro agradecimiento y el orgullo y el respeto que nos inspiran a todos los castellano-manchegos. La sociedad talaverana, liderada por su alcalde, representa el mejor ejemplo de valentía y determinación frente a la adversidad. Gonzalo Lago sabe que las únicas batallas que no se ganan son las que no se dan, por ello, trabaja cada día para promocionar el potencial y los activos de su querida Talavera y para lograr que, de nuevo, ocupe su lugar en el grupo de las ciudades más prósperas de nuestro país.
En la consecución de ésta meta, Talavera siempre encontrará su mejor aliado en el Gobierno regional que, consciente de la injusta situación de abandono a la que durante años se ha visto sometida, trabaja sin descanso para lograr la implantación de grandes empresas que creen riqueza y puestos de trabajo, como Senoble, y para dar respuesta a sus reivindicaciones históricas, como las referentes al río Tajo: por fin, Talavera tiene garantizado por ley un caudal mínimo de diez metros cúbicos por segundo del río a su paso por la ciudad. Una antigua aspiración, siempre reivindicada y hasta ahora nunca atendida, que demuestra que el trabajo discreto y el diálogo, por encima de intereses partidistas y electorales, siempre cosechan los mejores frutos para los ciudadanos. Bajo esta premisa de procurar el bienestar de la región, hace tres años expuse la delicada situación de nuestras cuentas públicas y solicité a mis paisanos su apoyo para sacar a Castilla-La Mancha de la crisis. Desde entonces, y una vez más, los castellano-manchegos han estado a la altura de las circunstancias y durante este tiempo, todos hemos remado en la misma dirección.
Gracias a ello, hoy también puedo trasladarles el mensaje de que sus esfuerzos, lejos de resultar estériles, han sido cruciales para asentar los pilares de la merecida recuperación y para salvar lo más sagrado de nuestro patrimonio común: los servicios sociales básicos, la sanidad y la educación, sin cerrar un solo hospital ni un solo centro educativo. Gracias a la contribución leal y responsable de todos los castellano-manchegos, a su coraje y firmeza en la batalla frente a la crisis, este 31 de mayo de 2014 despertamos con unas perspectivas y un ánimo muy diferentes a los de años pasados. Somos muy conscientes de que aún hay muchas familias de Castilla-La Mancha con alguno de sus miembros en paro. Por ello, el drama del desempleo constituye el centro de mis preocupaciones y prioridades y del conjunto del Gobierno regional, que mantiene intacta la fuerza y la ilusión del primer día para ayudar a quienes crean riqueza y empleo a generar un modelo de crecimiento sostenible en el tiempo e inmune a los vaivenes económicos.
Pero, precisamente, por el reconocimiento y el respeto que me inspiran los ciudadanos que peor lo están pasando y por los impagables esfuerzos que han realizado, considero que debemos estar orgullosos porque nuestra actual situación económica nada tiene que ver con la de hace tres años. Cada vez disponemos de más datos, recabados por organismos y entidades nacionales e internacionales, que indican que lo peor ha pasado ya para Castilla-La Mancha y que al fin hemos enfilado el camino de la recuperación. Desde el año pasado hasta ahora, 14.500 ciudadanos han abandonado las listas del desempleo; contamos con más de 2.900 autónomos y nuestras exportaciones, que no dejan de batir récords, se han incrementado el pasado mes de marzo en un 13 por ciento frente al 3 por ciento de incremento de la media nacional, lo que significa que nuestras pequeñas y medianas empresas, en su labor diaria por mantener puestos de trabajo y crear otros nuevos, han encontrado en las ventas al exterior una oportunidad magnífica de mantener e incluso aumentar su actividad.
Asimismo, entre todos hemos logrado cumplir con el objetivo de déficit, después de reducirlo en más de seis puntos en un año, y con ello, hemos inspirado la confianza y credibilidad suficientes en nosotros mismos para acceder a diferentes mecanismos de financiación que nos han permitido, entre otras cosas, saldar la deuda histórica que la Junta mantenía con sus proveedores y rescatar de la asfixia financiera a muchos autónomos y pequeñas y medianas empresas de la región. Estos esperanzadores datos que registra Castilla-La Mancha se enmarcan en el cuadro de recuperación que también presenta España y que contribuyen a afianzar aún más nuestra imparable mejoría.
A nivel nacional, en el último año 300.000 personas han abandonado el paro y 200.000 se han registrado en la Seguridad Social; hemos controlado el gasto, reducido el déficit y hemos embridado la elevada prima de riesgo que soportábamos hace dos años. Estas y otras medidas han conseguido que España vuelva a proyectar una imagen de solvencia, eficacia y responsabilidad y que se produzca un vuelco en la percepción que tienen de nuestro país las agencias de calificación y otros organismos internacionales, que han pasado de señalar a España como el enfermo de Europa a considerarnos un ejemplo de gestión y mejorar nuestras previsiones de crecimiento.
Por todo ello, desde la prudencia y humildad, los castellano-manchegos deben saber que hoy vislumbramos el futuro con ilusiones renovadas y con el respaldo de unos datos que nos permiten afirmar que lo peor de la crisis económica ha pasado; un logro de cuyo mérito son depositarios todos y cada uno de los ciudadanos de esta tierra. Como castellano-manchega me siento muy orgullosa de mis paisanos, de pertenecer a una región como la nuestra en la que la reivindicación de nuestras esencias y el orgullo que sentimos por nuestras costumbres y tradiciones se ve engrandecido por el amor y la lealtad que sentimos por España. Hace muy pocos días pude comprobar en las elecciones al Parlamento europeo, como, de nuevo, volvían a confiar en nosotros.
 Y quiero darles nuevamente las gracias por ello. Ellos saben que no les defraudaremos. Mantengo la firme convicción de que Talavera de la Reina, la ciudad que hoy nos acogerá a todos ofreciéndonos la hospitalidad y el afecto de los que siempre hace gala, volverá a posicionarse como una de las locomotoras de crecimiento de nuestra tierra. Ésta es mi meta como presidenta de la región y estoy segura que comparto con los talaveranos y con el conjunto de los castellano-manchegos la ilusión por conseguirla. Por ello, mi más sincera y agradecida felicitación a todos mis paisanos en este Día de la Región que ya se perfila como el punto de inflexión hacia la mejor etapa de prosperidad de nuestra tierra.