Celebración prenavideña
07/12/2011 - 20:25
La Navidad se adelantaba, como es tradición, en Molina. No en vano, una de las fiestas más esperadas en el mes de diciembre para los molineses es la de su particular Nochebuena, que se celebró el pasado miércoles. Con motivo de esta fiesta, que tiene lugar en la víspera de la fiesta de la Inmaculada, todos los miembros de cada familia de la localidad se reúnen para vivir una cena prenavideña y subir a la hoguera encendida en el cerro de Santa Lucía. La Inmaculada Concepción tienen sus raíces en la tradición cultural de los pueblos de España. Esta veneración está fuertemente arraigada en la comarca de Molina y ya desde los orígenes del Señorío en el siglo XII, se tenía una gran devoción a la Virgen como demuestra la construcción de numerosas capillas. El Cabildo de Clérigos de la comarca envió una documentación memorial al Papa León X historiando la fe de los pueblos del Señorío a la Inmaculada. El Papa, reconociendo la firmeza de la devoción, concedió el privilegio de celebrar en el día de la festividad una misa capitular a las doce de la noche, en el tránsito del día 7 al 8 de diciembre. El extraordinario privilegio agradó tanto a los molineses, que el 18 de Junio de 1518 hicieron solemne voto de defender y celebrar tal festividad. Tres siglos más tarde, en el año 1851, se deshizo el Cabildo y como consecuencia la Bula Papal quedaba sin validez. Pensando que con el paso del tiempo se llegaría a perder este derecho en 1883 Don Melchor Gaona, encargado de la parroquia de San Gil, solicitó al Papa León XIII, que dicha bula fuera renovada para continuar la tradición y el privilegio. No tardó mucho el Papa León XIII en contestar esta petición y así, el 14 de diciembre de 1883, le fue concedido de nuevo el privilegio de poder hacer esta Misa de Gallo. En 1954 se celebraba el centenario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada y los molineses tuvieron la feliz idea de construir un monumento a María en el cerro conocido como el de Sta Lucía. Allí se levantó un alto monolito sobre el cual se colocó una gigantesca imagen de la Inmaculada que fue inaugurado con máximo esplendor y solemnidad el día 26 de diciembre de 1954. Y desde entonces se conserva esta tradición. Molina de Aragón, junto con el municipio murciano de Mula y Roma, en Italia, son las únicas tres localidades que tienen el privilegio de celebrar esta peculiar eucaristía a la medianoche. Lejos de quedar en el olvido, año tras año atrae a molineses de otros lugares que quieren seguir con esta peculiar celebración prenavideña.