Cerrar heridas de la Guerra Civil

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Ortiga
Poder contar con el cuerpo de un familiar allegado que acaba de fallecer es uno de los primeros pasos para poner fin al duelo. Sucede en muchas ocasiones en los que el cadáver permanece en un limbo, tras secuestros o cuando, como ha ocurrido recientemente, un avión cae al mar y se escapa toda posibilidad de recuperar a las víctimas.
En la misma situación se encuentran miles de víctimas de la Guerra Civil, como es el caso de Nieves Galindo, vecina de Baides y cuyo abuelo, un maestro de escuela de Pulianas, un pueblo de Granada, fue asesinado y enterrado presuntamente en la misma fosa en la que se encuentra el poeta Federico García Lorca. Nieves y su familia quieren constatar, desde hace años, que su abuelo se encuentra bajo esa sepultura de tierra, en la que fue dejado fríamente tras asestarle un tiro. Ahora, la apertura de la sepultura común se encuentra más cerca tras el anuncio de la Junta de Andalucía de crear un protocolo de actuación para estos casos. Con esta medida se pondrá fin a un duelo que dura más de 70 años, que ha mantenido en vilo a varias generaciones de una familia que, como otras tantas, solamente quiere cerrar sus heridas.