¡Cómo hemos cambiado!
30/05/2012 - 19:37
La cantidad de 2 millones de euros para reformar la calle Francisco Aritio es a todas luces insuficiente. La frase es de Antonio Román (agencia EFE, 13 de octubre de 2010). Reaccionaba así el alcalde de Guadalajara ante la inclusión de una partida de 2 millones de euros en los Presupuestos de la Junta para 2011, dentro de un proyecto a ejecutar en dos anualidades con un coste total de unos 4 millones. Luego, el proyecto se modificó hasta superar los 5 millones de euros y quedó licitado antes de las elecciones de mayo de 2011 por el Gobierno de José María Barreda.
Llegó Cospedal, repitió Román, y no empezaron la obra. El PP anuló la licitación, escuchimizó el proyecto y volvió a licitarlo siete meses después. El pasado 17 de mayo se publicaba la adjudicación definitiva de la obra: Cospedal ha retrasado el arreglo de Francisco Aritio y lo ha dejado en 2,2 millones de euros. ¿Qué dice ahora Román? Nada, silencio absoluto. Sumisión ante la jefa. Los 2 millones que eran a todas luces insuficientes en 2010 (para la mitad de la obra), ahora son el total y eso no merece ningún comentario del señor Román.
Con esto de los silencios de Román llueve sobre mojado. Román, que utilizó el arreglo de Francisco Aritio hasta el hartazgo en su estrategia de confrontación permanente con el anterior Gobierno regional; Román, que llegó a plantear un chantaje para autorizar las paradas de autobuses del Plan Astra; Román ahora está mudo ante las constantes discriminaciones de Cospedal a Guadalajara.
Nada ha dicho Román de todo esto: Cospedal ha suprimido la construcción del Campus Universitario; Cospedal paralizó al mes de ser presidenta la construcción del nuevo Hospital Universitario, que sigue parado; Cospedal ha paralizado el Parque Científico y Tecnológico; Cospedal ha parado los centros de salud de Los Valles y El Ferial; Cospedal ha suprimido la ampliación del IES Luis de Lucena, que tenía prevista una inversión de más de 5 millones de euros para hacer el centro integrado de Formación Profesional que le correspondía a Guadalajara, dentro de un plan para hacer un centro de estas características en cada provincia de la región. Román está mudo ante las bofetadas que su jefa Cospedal le está pegando a Guadalajara y a los guadalajareños.
Los datos son tozudos. El Gobierno de Barreda invirtió en la ciudad de Guadalajara 400 millones de euros durante la pasada legislatura, y los resultados son visibles: construcción o reforma de seis centros educativos (Virgen del Amparo, Las Lomas, San Pedro Apóstol, Isidro Almazán, colegio público La Muñeca e instituto La Muñeca); construcción del polideportivo de Aguas Vivas; el Centro Joven; planes de empleo, con una inversión de 7,5 millones de euros, que propiciaron 1.600 contratos de trabajo; la conexión de los polígonos; la Ronda Norte; el puente de Marchamalo; la parte construida del nuevo Hospital, que está parado desde la llegada de Cospedal; el Campus Universitario, que estaba adjudicado en su primera fase, pero Román primero impidió el comienzo de las obras y luego Cospedal eliminó el proyecto, etc.
Román decía entonces que el Gobierno de Barreda discriminaba a Guadalajara, y exigía muchas cosas, sin importarle que ya estábamos en crisis. Ahora Cospedal se ceba con los recortes en Guadalajara y nos quita las inversiones que ya estaban comprometidas y muchas de ellas en marcha, pero Román ya no dice nada.
Llegó Cospedal, repitió Román, y no empezaron la obra. El PP anuló la licitación, escuchimizó el proyecto y volvió a licitarlo siete meses después. El pasado 17 de mayo se publicaba la adjudicación definitiva de la obra: Cospedal ha retrasado el arreglo de Francisco Aritio y lo ha dejado en 2,2 millones de euros. ¿Qué dice ahora Román? Nada, silencio absoluto. Sumisión ante la jefa. Los 2 millones que eran a todas luces insuficientes en 2010 (para la mitad de la obra), ahora son el total y eso no merece ningún comentario del señor Román.
Con esto de los silencios de Román llueve sobre mojado. Román, que utilizó el arreglo de Francisco Aritio hasta el hartazgo en su estrategia de confrontación permanente con el anterior Gobierno regional; Román, que llegó a plantear un chantaje para autorizar las paradas de autobuses del Plan Astra; Román ahora está mudo ante las constantes discriminaciones de Cospedal a Guadalajara.
Nada ha dicho Román de todo esto: Cospedal ha suprimido la construcción del Campus Universitario; Cospedal paralizó al mes de ser presidenta la construcción del nuevo Hospital Universitario, que sigue parado; Cospedal ha paralizado el Parque Científico y Tecnológico; Cospedal ha parado los centros de salud de Los Valles y El Ferial; Cospedal ha suprimido la ampliación del IES Luis de Lucena, que tenía prevista una inversión de más de 5 millones de euros para hacer el centro integrado de Formación Profesional que le correspondía a Guadalajara, dentro de un plan para hacer un centro de estas características en cada provincia de la región. Román está mudo ante las bofetadas que su jefa Cospedal le está pegando a Guadalajara y a los guadalajareños.
Los datos son tozudos. El Gobierno de Barreda invirtió en la ciudad de Guadalajara 400 millones de euros durante la pasada legislatura, y los resultados son visibles: construcción o reforma de seis centros educativos (Virgen del Amparo, Las Lomas, San Pedro Apóstol, Isidro Almazán, colegio público La Muñeca e instituto La Muñeca); construcción del polideportivo de Aguas Vivas; el Centro Joven; planes de empleo, con una inversión de 7,5 millones de euros, que propiciaron 1.600 contratos de trabajo; la conexión de los polígonos; la Ronda Norte; el puente de Marchamalo; la parte construida del nuevo Hospital, que está parado desde la llegada de Cospedal; el Campus Universitario, que estaba adjudicado en su primera fase, pero Román primero impidió el comienzo de las obras y luego Cospedal eliminó el proyecto, etc.
Román decía entonces que el Gobierno de Barreda discriminaba a Guadalajara, y exigía muchas cosas, sin importarle que ya estábamos en crisis. Ahora Cospedal se ceba con los recortes en Guadalajara y nos quita las inversiones que ya estaban comprometidas y muchas de ellas en marcha, pero Román ya no dice nada.