Con el mismo rasero

09/05/2012 - 00:00 Redacción


  El PSOE ha propuesto que los altos cargos del Gobierno regional tributen en el territorio de Castilla-La Mancha, es decir que tengan fijado su domicilio fiscal aunque su residencia habitual sea otra, en nuestro territorio, para que las arcas públicas se beneficien de sus altos impuestos, primero, y también por decoro o cuestión de pura estética. Se trata de un acto de congruencia. El sueldo de los políticos, asesores y gente de confianza no solo de los que gobiernan sino también de la oposición y en todas las administraciones se pagan con el dinero de los impuestos de los ciudadanos por prestar, se entiende, un servicio público a éstos desde el noble arte de administrar los intereses públicos. Por ello es justo que pagando sus impuestos en Castilla-La Mancha contribuyan tanto a pagar sus propios salarios como a la prestación de los servicios públicos necesarios que desde las administraciones públicas se ejecuta.

  Pero todavía hay más. Desde el Gobierno regional se pone como condición para recibir determinadas ayudas del mismo que los beneficiarios tengan su domicilio fiscal, incluso su residencia efectiva durante algún tiempo antes de pedir la prestación, en territorio de Castilla-La Mancha. De justicia es pues cumplir uno mismo con aquello que exige a los demás. Si quieren cobrar, tanto de un partido como de otro, de las arcas públicas, que contribuyan a ellas pagando sus impuestos aquí. También habría que preguntarse si los socialistas que hacen esta razonable petición predican con el ejemplo no vaya a ser que alguno de ellos cobren y tributen en otra región. Estos pequeños detalles, más allá del dinero ahora tan importante, dignifican la ‘cosa pública’. Es necesaria una regeneración de muchos aspectos de la vida pública y sobre todo que los representantes públicos den ejemplo a la ciudadanía en todos los sentidos.