Con memoria histórica

07/12/2012 - 00:00 Redacción

 
  La Constitución Española ha cumplido 34 años desde su promulgación este jueves, 6 de diciembre, y un día antes, por aquello de la comodidad de los políticos para disfrutar un poco más del puente, se brindó con cava por el jefe del Estado, la Constitución y España, en un sencillo, patriótico y bien organizado acto que tuvo lugar en la Subdelegación de Gobierno. Únicamente habló el subdelegado, Juan Pablo Sánchez Sánchez Seco, bregado orador, con palabras contundentes, claras y acertadas. Su discurso, muy correcto e institucionalmente impecable, fue un homenaje a quienes hicieron la Constitución de 1978, desde el Rey a Adolfo Suárez, entonces presidente del Gobierno, y las fuerzas políticas y sociales. “No es una obra perfecta”, “será reformada a lo largo de su historia”, “pero será ejemplo para las generaciones venideras”, apuntó Sánchez Seco. Tres verdades incontestables de un texto que ha permitido un largo periodo de convivencia en paz para los españoles en un estado descentralizado, con distintas comunidades autónomas y diferentes identidades, pero vertebrado y formando parte de una patria común.
 
  La Constitución establece que la soberanía reside en el pueblo, la división de los poderes del Estado, el reconocimiento de derechos y libertades, que el idioma castellano se hablará en todo el país, que el territorio se vertebrará a través de los gobiernos civiles- ahora subdelegaciones- y de las diputaciones provinciales. Todos estos principios citados no son postulados que pensasen los llamados padres de la Constitución, sino principios que se establecieron ya en la Constitución de 1812, de la que celebramos su bicentenario. Ella fue la que sentó las bases de la historia contemporánea de España y es de justicia reconocer su importancia y contenido, mucho más vigente de lo que pueda parecer pasado tanto tiempo. Es momento, otra vez, de defender la unidad de España por encima de las absurdas pretensiones separatistas de algunos líderes políticos y de reafirmar nuestra adhesión al marco de convivencia que nos une. ¡Viva la Constitución!.