Conciencia solidaria con los niños saharauis
14/03/2012 - 00:00
Como cada año, la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Guadalajara pone en marcha toda la maquinaria que hace posible el programa de Vacaciones en Paz. Se trata de una iniciativa de ayuda humanitaria y de sensibilización política y social organizada por distintas asociaciones y ONGs solidarias con el pueblo saharaui que promueven la acogida de niños y niñas saharauis durante los meses de julio y agosto, en los que las temperaturas en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) sobrepasan los 50 ºC a la sombra. En nuestro país cerca de 8.000 niños saharauis son acogidos cada verano por familias españolas. De ese total, 52 recalaron en nuestras tierras el pasado año. Para hacer posible esta misión, es imprescindible conseguir el mayor número posible de familias que acojan en sus hogares y compartan sus vacaciones con estos niños. Hay que recalcar que no son necesarios grandes recursos, más allá de la predisposición y la buena voluntad. De hecho, las familias de acogida no deben cumplir más requisitos que tener una situación social y económica normal, disponer de tiempo suficiente para dedicar a la tutela del niño durante su estancia y sentirse solidarias con la situación del pueblo saharaui. Eso sí, los participantes tienen que ser conscientes de que el periodo de acogida dura dos meses, transcurridos los cuales los niños deben volver a los campamentos, donde están plenamente integrados social y familiarmente. La ayuda y el apoyo que vienen buscando los niños, lo encuentran en estas familias que, al menos temporalmente, les hacen olvidar la precariedad y el hambre, las enfermedades y la insalubridad; pero sobre todo, la indignación de sobrevivir como refugiados. Es muy importante para los niños que las familias de Guadalajara les acojan, de lo contrario, volverían a sus jaimas, al calor y al dolor que les ofrece el inhóspito desierto. De ahí el empeño puesto por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en concienciar a los guadalajareños para que, a pesar de las estrecheces que vienen sobrevenidas de la crisis, no se olviden de su gran conciencia solidaria.