¿Condición preelectoral en CLM contra el PP?

06/10/2014 - 23:00 Jesús Manuel Ruiz

En apenas unos días un querido amigo me planteaba una sorprendente propuesta, consistía en que desde UPyD planteáramos al PSOE, Ciudadanos, IU, e incluso Podemos, una coalición preelectoral para las próximas elecciones autonómicas de 2015 en Castilla-La Mancha, con el fin, según él, imprescindible, de derrotar a María Dolores de Cospedal.
La respuesta casi inmediata que le di fue, que su sugerencia, en lo que respecta a nuestra formación, sería prácticamente imposible que se pudiera llevar a cabo, aun no estando de acuerdo con muchas de las políticas realizadas por el ejecutivo de Cospedal, como los recortes en la educación, sanidad y servicios sociales públicos, o el ser la Comunidad Autónoma donde más empleo público se ha destruido en lo que va de presente legislatura (casi 25.000); veamos a continuación las razones que le expuse. Primera, por cuestiones intrínsecamente políticas, UPyD nació -en estos días se cumple nuestro séptimo aniversario- como un partido regeneracionista en el más amplio sentido de la palabra, que no anhela la alternancia en el poder sino que quiere ser alternativa a los “partidos viejos” que hasta ahora han gobernado España, para lo que perseguimos la consecución de un objetivo básico, como es el de terminar con el anquilosamiento de muchas de las Instituciones de nuestra democracia.
En este sentido hemos reiteradamente propuesto múltiples medidas a fin de acabar con la politización de la Justicia, terminar con los privilegios de los políticos (aforamientos, pensiones vitalicias), o reformar las leyes electorales, etc.; por lo que flaco favor haríamos a los que simpatizan con nuestra causa cuando por cuestiones puramente electoralistas comprobaran nuestra intención de formar parte de un “frente” contra el PP, con el único fin de desbancarle del poder y además teniendo como “compañeros de viaje” a partidos que también han contribuido a los males de la política actual. Segunda razón, en UPyD tenemos opinión propia, cristalina y diferenciada en los diversos temas de la actualidad política regional, como de hecho se puede constatar en la hemeroteca de estos últimos años, ejemplo de ello han sido nuestras recientes argumentaciones al rechazo de la lamentable modificación de la ley electoral de Castilla-La Mancha llevada a cabo por el Partido Popular; nuestras propuestas en materia sanitaria o educativa; pasando por nuestra posición, creo que valiente, en materia hidráulica; o el planteamiento de diferentes medidas para terminar con las duplicidades administrativas y las encaminadas a recuperar los derechos económicos y sociales perdidos por los empleados públicos de la Junta durante estos últimos años.
Tercer y último argumento por el que veo casi imposible esa hipotética coalición, las grandes diferencias existentes en lo que a planteamientos políticos se refiere con la mayoría de los partidos citados anteriormente. Conviene recordar en este punto, que a principios de este mes de septiembre celebramos en UPyD un Consejo Político extraordinario donde aprobamos un documento en el que se plasmaban las condiciones para llegar a pactos o coaliciones electorales con otras formaciones políticas, fruto de este documento se ha producido, hace apenas una semana, el primer encuentro que hemos mantenido con Ciudadanos, y del que yo personalmente espero en fechas no demasiado lejanas buenas noticias. Pero este posible acuerdo al que pudiéramos llegar con este partido es, si se me permite la expresión, “un pacto entre similares”, no sería “un pacto antinatura” como sí supondría el que se produjera si nos sumáramos a este hipotético bloque “AntiPP”.
En definitiva, evidentemente aspiramos a que el Partido Popular pierda la mayoría en las próximas Cortes de Castilla-La Mancha, pero este deseo no puede ser a cualquier precio, lo que no es óbice para que después de la celebración de elecciones autonómicas y locales del año 2015 podamos llegar a acuerdos con algunas de las formaciones políticas de nuestra Comunidad Autónoma, siempre anteponiendo como razones de estos posibles pactos, la regeneración de la vida política y la consecución del bienestar de los ciudadanos, además de que dichos acuerdos serían siempre sobre las políticas a realizar en los respectivos ámbitos territoriales, y nunca como un simple reparto de cargos ni tampoco con el único fin de desalojar al que hubiera gobernado anteriormente.)