Conservar el patrimonio a pesar de la crisis

26/04/2012 - 19:19 Redacción

En estos tiempos de crisis en los que se imponen los recortes resulta comprensible que ni las administraciones (ocupadas en sanear sus cuentas) ni la Iglesia (empeñada en atender las primeras necesidad de los que menos tienen) se preocupen en exceso de otras inversiones, especialmente, las que se derivan a la conservación del patrimonio. Como bien señala el historiador José Luis García de Paz, los problemas que presenta la conservación del patrimonio de Guadalajara son, mayoritariamente, comunes a las demás provincias de Castilla-La Mancha: mucho patrimonio, poca población y escasos recursos propios para conservarlo sin la ayuda autonómica, estatal o europea. Y es precisamente esta última máxima la que supone un verdadero problema, pues sin ayudas, poco se puede hacer para mantener lo que en algunos municipios es el único resquicio de su historia. Un ejemplo de ello es Fuencemillán cuya iglesia lleva cerrada ya cerca de cuatro meses debido al lamentable estado en el que se encuentra el edificio. Aunque a lo largo de los años son muchos los monumentos que se han recuperado, otros muchos se han perdido como consecuencia del deterioro del tiempo o del expolio. De ahí la importancia de no minusvalorar la repercusión que puede suponer para nuestra riqueza patrimonial reducir los presupuestos para conservación a lo mínimo. Más aún si tenemos en cuenta que muchos municipios tienen puestas sus expectativas de futuro en el turismo de interior. Si bien es cierto que la huída de habitantes por la emigración, la baja natalidad y el envejecimiento de la población, junto con el elevado número de pequeños municipios constituyen, sin duda, el verdadero hecho diferencial de nuestra provincia no lo es menos que, lejos de resignarse, los habitantes de estas comarcas comienzan a resurgir de sus cenizas aprovechando su riqueza natural, cultural, gastronómica y patrimonial. Si empezamos a descuidar una de estas variables, no solo acabaremos perdiendo edificios de indudable valor, sino también oportunidades de desarrollo.