Contra el aborto

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Cartas al director
ANTONIO ROMÁN JASANADA / Presidente del Partido Popular de Guadalajara
Tras leer la desafortunada carta que suscribe el socialista Antonio Marco en este medio bajo el título “Román y el aborto”, en el que se intenta cuestionar mi postura sobre este asunto, quiero ratificar una vez más, y por si hubiera alguna duda, mi completa oposición a la interrupción voluntaria del embarazo, a la modificación que propone el Gobierno socialista y mi defensa de la vida desde el mismo momento de la concepción.
Una postura que siempre he defendido con firmeza y con la convicción de que esta práctica supone un atentado contra la dignidad de las personas y una vulneración del derecho a la vida, principio fundamental de la Constitución Española.

Siempre he sido coherente sobre esta cuestión y me reafirmo en calificar de “aberración” el hecho de que, según la modificación legislativa que plantea el Gobierno de Zapatero, las niñas menores de 16 años puedan abortar sin consentimiento de los padres. También afirmo que es un auténtico drama que en España se produzcan 120.000 abortos al año por una ley en la que no se aplican los necesarios controles para su estricto cumplimiento.
Es el PSOE, Sr. Marco, el que no tiene una postura clara al respecto, el que está dividido. Así se desprende del sondeo de Metroscopia elaborado para El País (publicado el 1 de junio), según el cual el 56% de los votantes del Partido Socialista son contrarios a esta medida. Y le recuerdo que tampoco se han mostrado a favor destacados dirigentes socialistas de España. El PSOE busca un rendimiento electoral tratando de convertir un drama y un fracaso social en un derecho. Un fracaso social que no se debe solucionar con medidas sanitarias (terapéuticas) sino con verdaderas medidas de apoyo a la embarazada, a la madre, a las familias.
Por tanto, las descalificaciones de que soy objeto en ese artículo pierden todo crédito viniendo de quien vienen, es decir, de un socialista que, como su Gobierno, quiere imponer una nueva Ley del aborto amparándose en un falso progresismo. No hay nada más progresista que la defensa de los más indefensos, del ser humano (aunque a la señora ministra no le guste) en sus primeras etapas, y ésa es la postura que defendemos muchos en este país.