Contra el acoso escolar

Una vez detectado el problema, la unidad pone en contacto al menor con el servicio apropiado para tratar correctamente esa disfunción, como pueden ser los Servicios Sociales, el Centro de la Mujer, asistencias psicológicas, u otros programas. En el grupo de familia, que es donde está integrada esta unidad, trabajarán prácticamente el 50 por ciento de la plantilla de la Policía, a través de diversas microespecialidades. Se realizará un seguimiento de los casos más problemáticos y se ofrecerá a las familias una labor mediadora para atajar la disfunción. Se trata de una experiencia pionera, que intenta intervenir en situaciones complejas como la violencia de género o el acoso escolar, también denominado en el ámbito educativo como maltrato entre iguales. Se considera que existe maltrato entre iguales cuando un alumno o alumna se ve expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a diferentes formas de acoso u hostigamiento por parte de un compañero, compañera o grupo de compañeros, de manera que la víctima queda situada en una posición de inferioridad frente al agresor o agresores de la que no es capaz de salir por sus propios medios. Puede adoptar diversas formas: la exclusión, la agresión verbal directa (insultar) o indirecta (poner motes, sembrar rumores dañinos), la agresión física directa (pegar) o indirecta (esconder, robar o dañar propiedades ajenas), la intimidación, amenaza o chantaje, y el acoso o abuso sexual. Ya el pasado año comenzó a funcionar en la región el Equipo de Apoyo a la Convivencia Escolar, una iniciativa de la Consejería de Educación y Ciencia que pretende prestar atención, asesoramiento y respuesta inmediata a los casos de especial relevancia relacionados con la convivencia. La infancia es la etapa más vulnerable de nuestra vida, por ello nunca son demasiados los recursos empleados para luchar contra situaciones de dificultad.