Contra el drama social

13/01/2011 - 00:00 Redacción

La demanda de ayudas sociales creció un 2.035% entre 2007 y 2010 en la capital. El dato resulta estremecedor a la vez que significativo y extrapolable. La crisis azota a la economía y supone un giro de 180º a muchas economías familiares que hace tres años vivían con normalidad y sin pensar en las consecuencias de este retroceso en el crecimiento. El problema es que el desempleo se eterniza y se repite el guión de familias normalizadas que adquirieron una vivienda previa hipoteca que al quedarse en paro no pueden asumir. El empleo no llega, el subsidio se agota, el banco aprieta y la amenaza de desahucio se torna inminente. La crisis no sólo está recrudeciendo el drama social de colectivos en riesgo, sino que empiezan a engrosar las listas de necesitados muchos que antes se consideraban ciudadanos de la clase media acomodada. En nuestro país el 20,8 por ciento de la población estaba por debajo del umbral de la pobreza relativa en el año 2010, porcentaje más de un punto superior al del año anterior, que fue del 19,5 por ciento. Según la Encuesta de Condiciones de Vida 2010 del Instituto Nacional de Estadística, los datos apuntan a que el 30,4 por ciento de los hogares españoles tiene dificultades o muchas dificultades para llegar a fin de mes. Y Guadalajara no es una excepción. Cada vez son más los jóvenes, los autónomos endeudados y, en general todos los que se han quedado sin ingresos por falta de empleo, que recurren a los servicios sociales municipales a pedir una ayuda puntual. Aunque los recursos públicos para darles cobertura empiezan a mostrar síntomas de agotamiento, el Ayuntamiento capitalino no ha defraudado a los ciudadanos y durante los últimos años ha pasado de atender 54 peticiones ha responder a 1.099. En 2010, por ejemplo, el Ayuntamiento, a través de San Vicente de Paúl, Franciscanos Seglares, Paz y Perdón, Fundación Pía, Cáritas, Accem, Cruz Roja y Red Madre, colaboró en la compra de pañales, leche infantil, alimentos básicos, pago de recibos de luz, gas, electricidad, alquiler, hipoteca y otros aspectos de primera necesidad. Sin duda el drama social se agudiza y la ayuda se hace más necesaria que nunca.