Corpus Christi. Día de la Caridad
01/10/2010 - 09:45
Cartas al director
JOSÉ SÁNCHEZ GONZÁLEZ / Obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara
La solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, que celebramos en este domingo, trasladada del pasado jueves, tiene como fin renovar nuestra acción de gracias a Dios por el maravilloso regalo de la Eucaristía, adorar al Señor realmente presente en este admirable Sacramento, dar gloria, alabar y cantar pública y solemnemente la grandeza, la bondad y la misericordia del Señor.
Por otra parte, el verdadero culto a Jesucristo en la Eucaristía, como todo culto auténtico, ha de concretarse y manifestarse en nuestras obras y en nuestra vida. Siendo la Eucaristía el Sacramento por excelencia del Amor de Dios, es lógico que la solemne fiesta del Corpus sea también el Día de la Caridad, Día de Caritas. No podemos celebrar con sinceridad la fiesta del Cuerpo de Cristo entregado y de su Sangre derramada por amor a toda la humanidad, si en nuestra vida, en nuestra acción, en nuestro compromiso y en nuestro servicio, no tienen cabida, más aún preferencia, los más pobres, necesitados y débiles.
La expresión de Jesús, al instituir la Eucaristía Haced esto en conmemoración mía además de expresar la transmisión a los futuros sacerdotes del poder de Cristo para hacerse presente en el pan y el vino consagrados, es mandato del Señor de servicio a los hermanos hasta dar la vida por ellos. Coincide con el llamado mandamiento nuevo: Amaos como yo os he amado; es decir, hasta dar la vida por los amigos y por los enemigos. En la misma dirección recibimos el mandamiento: Dadles vosotros de comer.
En las actuales circunstancias, especialmente derivadas de la crisis económica y financiera que padecen muchos de nuestros hermanos, estas palabras del Señor Dadles vosotros de comer revisten una especial gravedad y urgencia.
No podemos pasar de lejos, sin analizar las causas que han originado esta verdadera catástrofe, que origina tan graves males, como el paro masivo, el agobiante endeudamiento, la absoluta falta de recursos de muchas personas para llevar una vida digna
En el origen de esta situación están la codicia, la ambición, la degradación moral, el abuso de algunos, junto con la irresponsabilidad, la pasividad y la complicidad de los responsables de prever estos males y poner remedio a tiempo con la justa regulación y las leyes. De forma más generalizada hay que buscar también las causas en el egoísmo, la ambición, la obsesión por el bienestar material, el enriquecimiento, el consumo, etc. que a todos nos tientan y ante los que, consciente o inconscientemente, con frecuencia sucumbimos.
Bien está poner en evidencia a quienes tienen la parte mayor de responsabilidad. Necesario y urgente es también que revisemos y reconsideremos nuestros principios, nuestra jerarquía de valores, nuestras actitudes, comportamientos y conductas.
Entretanto y mientras actuamos en la dirección correcta, es urgente y necesario que, sin olvidar otras necesidades en el mundo, aliviemos el drama de las personas que en nuestro entorno, tal vez en nuestra familia o vecindad, en nuestro barrio o en nuestra parroquia, desde luego en nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara, necesitan alimento, ropa, techo o la ayuda para socorrer necesidades básicas.
Gracias a Dios, nuestras comunidades cristianas están demostrando una gran solidaridad y generosidad, frutos del amor cristiano. Os pido encarecidamente que, con motivo de la celebración del Corpus Christi, Día de la Caridad, acrecentemos nuestro amor a Dios, que se extienda y manifieste en amor al prójimo expresado en afecto fraterno y en ayuda real.
La expresión de Jesús, al instituir la Eucaristía Haced esto en conmemoración mía además de expresar la transmisión a los futuros sacerdotes del poder de Cristo para hacerse presente en el pan y el vino consagrados, es mandato del Señor de servicio a los hermanos hasta dar la vida por ellos. Coincide con el llamado mandamiento nuevo: Amaos como yo os he amado; es decir, hasta dar la vida por los amigos y por los enemigos. En la misma dirección recibimos el mandamiento: Dadles vosotros de comer.
En las actuales circunstancias, especialmente derivadas de la crisis económica y financiera que padecen muchos de nuestros hermanos, estas palabras del Señor Dadles vosotros de comer revisten una especial gravedad y urgencia.
No podemos pasar de lejos, sin analizar las causas que han originado esta verdadera catástrofe, que origina tan graves males, como el paro masivo, el agobiante endeudamiento, la absoluta falta de recursos de muchas personas para llevar una vida digna
En el origen de esta situación están la codicia, la ambición, la degradación moral, el abuso de algunos, junto con la irresponsabilidad, la pasividad y la complicidad de los responsables de prever estos males y poner remedio a tiempo con la justa regulación y las leyes. De forma más generalizada hay que buscar también las causas en el egoísmo, la ambición, la obsesión por el bienestar material, el enriquecimiento, el consumo, etc. que a todos nos tientan y ante los que, consciente o inconscientemente, con frecuencia sucumbimos.
Bien está poner en evidencia a quienes tienen la parte mayor de responsabilidad. Necesario y urgente es también que revisemos y reconsideremos nuestros principios, nuestra jerarquía de valores, nuestras actitudes, comportamientos y conductas.
Entretanto y mientras actuamos en la dirección correcta, es urgente y necesario que, sin olvidar otras necesidades en el mundo, aliviemos el drama de las personas que en nuestro entorno, tal vez en nuestra familia o vecindad, en nuestro barrio o en nuestra parroquia, desde luego en nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara, necesitan alimento, ropa, techo o la ayuda para socorrer necesidades básicas.
Gracias a Dios, nuestras comunidades cristianas están demostrando una gran solidaridad y generosidad, frutos del amor cristiano. Os pido encarecidamente que, con motivo de la celebración del Corpus Christi, Día de la Caridad, acrecentemos nuestro amor a Dios, que se extienda y manifieste en amor al prójimo expresado en afecto fraterno y en ayuda real.