Crisis actual, crisis de valores

10/10/2011 - 00:00 Lorenzo Monte Rivero

 
  
      Nuestro país redujo el año pasado sus emisiones un 2,9%, lo que contrasta, señalan los metidos de comunicación, con la tendencia de otras naciones europeas, pese a la crisis. Este dato es sintomático de la disminución del consumo y de la actividad industrial que son, al fin y al cabo, los motores que mueven la economía. España está parada y si un coche no anda, ni consume, ni contamina. Sin embargo, gracias a dios, somos de los pocos que cumplimos el protocolo de Kyoto. ¡Qué surrealista que sigamos hablando de este asunto, cuando como telón de fondo se encuentra la drástica necesidad de cambiar el modelo productivo bajo unas premisas fundamentales de respeto al medio ambiente!

  El sistema capitalista, se mire por donde se mire, no tiene futuro, a menos que los propios agentes que mueven el motor del dinero estén interesados en un cataclismo ecológico de aquí a unas décadas. No se puede mantener el ritmo de consumo ni de emisiones contaminantes, aunque, en países como china, se considere necesario para sostener la burbuja del crecimiento económico.

  Si seguimos así continuaremos, más a prisa que con pausa, hacia la senda del declive permanente del que será muy difícil salir. Si los gobiernos no adoptan medidas contundentes de desvinculación con los sistemas económicos mundiales, nos vemos abocados a una crisis que irá más allá de la económica y que trascenderá a los valores humanos, algo que ya se está palpando con claridad y sobre lo que muchos, gobiernos y banqueros, miran hacia otro lado.