Crisis hasta en la beneficencia

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

EDITORIAL
En 1884 moría el comandante de Infantería Eduardo Guitián. Su testamento decía que su inmensa fortuna sería para su mujer, su sirvienta, uno de sus sobrinos y las hijas de éste. Al fallecer ellas, todas las propiedades de este generoso militar pasarían a manos del Ayuntamiento de Guadalajara, que debería venderlas y con el dinero obtenido hacer obras benéficas.
La última heredera de Guitián fallecía en 1996. Fue entonces cuando se abrió un proceso que culminaba finalmente la pasada legislatura. El equipo de Gobierno de Alique logró vender, a buen precio, 16 de las 30 parcelas que constituyen la herencia del solidario militar. No han tenido la misma suerte los actuales mandatarios municipales, quienes han conseguido dar salida a otros nueve solares, pero que ahora encuentran serias dificultades para vender las cinco últimas. La crisis financiera parece ser, una vez más, la causante de que tres subastas de las propiedades hayan quedado desierta. El plazo para enajenar las parcelas finalizaba el pasado mes de enero y los responsables municipales han solicitado ahora a un juez que les dé una prórroga para lograr un comprador que les permita cumplir la última voluntad de Eduardo Guitián. Si la prórroga es aprobada, se celebrará la cuarta subasta de estos terrenos, por los que nadie quiso pujar la pasada semana. Los guadalajareños han podido disfrutar ya de más de 6,5 millones de euros que, a través de la venta de terrenos, ha obtenido el Ayuntamiento de Guadalajara. Esta importante cifra ha permitido, entre otros tantos proyectos benéficos, rehabilitar el barrio de San Vicente de Paúl, construir el centro de día de Los Manantiales, llevar la Ayuda a Domicilio a centenares de ciudadanos, reformar el albergue Betania o edificar las nuevas instalaciones de Proyecto Hombre. A pesar de que la crisis se haya interpuesto en este camino de solidaridad, Eduardo Guitián tiene más que ganada la calle que desde hace algún tiempo lleva su nombre.