Crónica de una muerte anunciada

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

ORTIGA
Desde que se detectase grafiosis a la olma de Bejanque, una grave enfermedad que va secando, poco a poco, a este tipo de árboles, se ha ido narrando la situación de este centenario ejemplar que preside, desde hace cerca de 200 años, la plaza de Bejanque.
A pesar de los esfuerzos, a base de tratamientos y podas curativas y de limpieza, del Ayuntamiento de la capital y de la UTE encargada de las zonas verdes de la ciudad, SUFI-Rayet, parece ser que la vieja olma de Bejanque se enfrenta a sus últimos días en pie. Hace unas décadas sí logró superar la grafiosis, la misma enfermedad que le afecta ahora, pero su virulencia y gravedad en esta ocasión, y la menor resistencia de la olma, que ya cuenta unos cuantos años más, parece que no dejarán que siga viviendo. Como si de una corazonada se tratase, vecinos y conocidas personalidades culturales de la ciudad rindieron un emotivo homenaje a la olma el pasado verano, como si ya intuyesen que no duraría mucho tiempo más viendo pasar la vida junto a la Puerta de Bejanque. Los especialistas recomiendan su definitivo sacrificio y su incineración, pero es el Ayuntamiento el que ahora tiene la última palabra.