Cuba y el testimonio de Benedicto XVI

04/04/2012 - 11:58 Redacción

Dada la ausencia de libertades en Cuba, pienso que resulta casi inevitable que se vincule la visita de Benedicto XVI con la posibilidad de una apertura política del régimen comunista. No obstante, eso sería desvirtuar el objetivo primordial de este viaje esencialmente evangelizador, que ha tenido como fin reforzar la fe de los cubanos y, con ella, la esperanza en un futuro mejor. Ciertamente, estas dos virtudes del cristianismo (fe y esperanza) están íntimamente relacionadas con la libertad y de ahí que el Papa, en su oración ante la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, le haya confiado a la patrona de Cuba el futuro del país. Para que ello sea posible, el Papa ha apoyado su visita apostólica en dos mensajes muy claros. Por un lado pide a los católicos cubanos que revitalicen su fe para que puedan trabajar por la paz, el perdón y la reconciliación y, por otro, pide a las autoridades cubanas una mayor cooperación con la Iglesia, siguiendo el camino de confianza abierto con la histórica visita de su antecesor, Juan Pablo II en 1998.