Cuidar las iglesas, por dentro y por fuera
01/10/2010 - 09:45
Editorial
El mantenimiento del patrimonio eclesiástico está dejando, poco a poco, de ser un problema. Durante años no se había cuidado lo suficiente su conservación y a la hora de hacer frente a restauraciones, resultaban, por regla general, carísimas. El apoyo de las instituciones, tanto de la Junta de Comunidades como de la Diputación y de entidades como Ibercaja, han hecho que muchas iglesias luzcan, ya, su mejor aspecto.
No en vano, son muchos los templos que anualmente reciben ayudas para realizar obras de rehabilitación, de las que se habían visto privadas durante décadas. En los últimos 25 años se ha llevado a cabo una intervención casi de urgencia en los edificios que se encontraban más deteriorados y que ha servido para acabar con humedades o goteras y, sobre todo, para consolidar estructuras. Sin embargo, esta riqueza arquitectónica y monumental se une a la de las numerosas obras de arte que atesoran los templos. Retablos, pinturas murales y esculturas son esos otros bienes que están a la espera de alcanzar su máximo esplendor. Bien es cierto, que no todas esas piezas cuentan con un reconocido valor artístico, pero sí tiene un valor sentimental para los feligreses que hace que merezca la pena conservarse. Es una segunda fase, en la que se está trabajando ya desde nuestra diócesis y que se suma a la realización de un pormenorizado listado que se enmarca dentro de la elaboración del Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español. Con este inventario no sólo se tendrá un mayor control de este patrimonio sino que se podrá preservar ante posibles expolios. No hay que olvidar que el patrimonio de la Iglesia ha pasado de mano en mano durante siglos y que, en la actualidad, se ha convertido no sólo en elemento para el disfrute de los fieles sino como pilar dinamizador del turismo en muchos pequeños municipios donde el mayor atractivo se encuentra en sus templos. Por ello, hay que cuidarlos con mimo tanto por fuera como por dentro.