De la conveniencia de una huelga general
29/10/2012 - 18:56
Lo que era una evidencia se confirmaba por boca de los sindicatos: el 14 de noviembre habrá huelga general. En esta ocasión el objetivo es que la sociedad, a través de este paro, muestre su repulsa a la política del Gobierno que según los dirigentes sindicales profundiza en la recesión y supone un aumento del desempleo y el empobrecimiento de la sociedad española. En un momento en que el propio presidente del Gobierno califica esta movilización como un error descomunal es lógico plantearse su sentido si tenemos en cuenta que no ayudará a la imagen de España en el exterior ni resolverá los problemas económicos del país. Por que por mucho que no se quiera, el tinte político de esta huelga general está claro. Más aún si tenemos en cuenta que esta nueva cita supone la séptima huelga general de 24 horas de la historia de España y la tercera que se convoca a un Gobierno del PP (la segunda en menos de un año de Rajoy en el Gobierno). Hay que recordar que la última se celebró el pasado 29 de marzo, y con ella, los sindicatos querían conseguir echar para atrás la reforma del mercado laboral que se aprobó en febrero y que, según argumentan, abarata y facilita el despido. En aquel momento la respuesta social fue cuestionada y, aunque el ambiente se ha enrarecido, especialmente por los recortes educativos y sanitarios, muchos dudan de que la nueva huelga no venga más que a demostrar el hartazgo de unos ciudadanos que siguen desconfiando de la actual política sindical seguida y promovida por Méndez y Toxo, que no solo no convence a los trabajadores, sino a la mayoría de los españoles. Prueba evidente de ello es su bajo porcentaje de afiliación. La sociedad sabe que a golpe de paros y manifestaciones nada se soluciona; más bien todo lo contrario. Colaborar en la destrucción de lo que España representa, solo contribuye a alejar a los escasos inversores que crean empresas, y como consecuencia nuevos puestos de trabajo que es lo que necesitamos y con urgencia. En cualquier caso, es un derecho ciudadano y como tal cada uno tendrá libertad para elegir hacer huelga o acudir a trabajar. Hasta entonces, todo lo más que se puede hacer es especular.