De mezquitas y legalidad
Tras el verano, el asunto de la mezquita que la comunidad musulmana quiere abrir en la calle Leopoldo Alas Clarín vuelve a las páginas de los periódicos. Si bien es cierto que la polémica parecía zanjada al no cumplir el proyecto los requerimientos del Ayuntamiento, lo cierto es que los promotores no han abandonado la idea, una vez que cuentan en propiedad con el local. De hecho, según el concejal de Urbanismo, Juan Antonio de las Heras, se ha vuelto a presentar solicitud de licencia que en estos momentos está pendiente de revisión por parte de los técnicos municipales. El asunto, como era de esperar, seguirá levantando ampollas. No podemos olvidar que en verano, cuando los vecinos del barrio conocieron la intención de crear un espacio para el rezó, se levantaron en armas por considerar que el barrio de Escritores ya había cumplido su cupo de solidaridad con respecto a grupos minoritarios. No en vano, en él residen muchos ciudadanos de etnia gitana que, aunque totalmente integrados, no dejan de conformar un colectivo con sus peculiaridades. Ese es el principal argumento que esgrimían las más de 3.000 personas que firmaron, a mediados de junio, un escrito en el que pedían a Antonio Román que desestimase la idea. Desde entonces, los portavoces de este colectivo han sostenido que no se trataba de un problema de racismo ni de intolerancia hacia otras religiones, sino exclusivamente una cuestión de seguridad. Ahora, el equipo de Gobierno se vuelve a encontrar en la misma encrucijada y serán los informes técnicos los que decidirán sobre el asunto. Sin embargo, quizá con el paso del tiempo y tras meses de reflexión habría que dar un paso atrás y analizar con detenimiento el sentido de la oposición vecinal que podría dejar entrever cierto trasfondo hostil. Resulta revelador que en la capital ya exista otra mezquita y que los vecinos del entorno no haya percibido ninguno de los problemas que en el barrio de Escritores se vislumbran. En cualquier caso, cada uno es libre de expresar sus argumentos aunque será la legalidad la que les de la razón a unos u a otros.