De turismo literario por Guadalajara
El turismo literario es distinto, lo de menos es si el lugar es bonito, si las playas son maravillosas o si podemos descender un río en canoa. Lo que realmente importa es lo que ha sucedido en ese lugar, y no necesariamente en la realidad, puede que los acontecimientos que nos han llevado hasta allí hayan transcurrido en las páginas de un libro. En el transcurrir de la lectura puede que la descripción de un paisaje, de un café o de una ciudad haya despertado en nosotros la curiosidad de querer comprobar con nuestros propios ojos el parecido entre la realidad y la descripción plasmada en el libro. Movidos por ese creciente interés podemos visitar lugares que hoy en día siguen tal y cómo algunos autores los describieron en sus obras. Podemos comenzar por Normandía, hasta allí llegaremos de la mano de Marcel Proust y su obra Por el camino de Swann; continuar con otros destinos como San Petersburgo, siguiendo a Dostoievski, o París, dónde nos encontraremos con el Montmatre de Voltaire y Rimbaud. En Praga podemos pasear por sus calles para encontrarnos el café de Kafka y en Londres no debemos olvidarnos de Portobello Road o los jardines de Kensington, estos últimos nos devuelven al país de nunca jamás con Peter Pan. Pero no tenemos que ir tan lejos para poder disfrutar del escenario de un buen libro. Guadalajara, que cuenta con numerosos atractivos turísticos como una rica gastronomía, un cuidado medio ambiente, un amplio folclore o un importante patrimonio, se suma ahora a la moda de los viajes literarios. Aunque la obra más conocida sea el Viaje a la Alcarria, del nobel Camilo José Cela son muchos los literatos que se inspiraron en estas tierras. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita; el dramaturgo Antonio Buero Vallejo, el escritor José Luis Sampedro o el periodista Manu Leguineche, son solo algunos de los ejemplos más conocidos. Si el Cantar del Mío Cid, ya cuenta con su propia ruta, no duden en disfrutar siguiendo las pistas literarias y haciendo realidad los escenarios de obras como "La felicidad de la tierra" o "El río que nos lleva". Sin duda no les defraudarán.